Editorial

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29 de septiembre de 2018, edición N° 803




Renovales, brotes, aire más limpio, la primavera sí o sí siempre viene asociada al despertar de la tierra y de energías que se ponen en movimiento. Y nosotros nos colgamos de eso para mostrarles novedades. Por un lado, los nuevos proyectos de diseñadores que hace ya tiempo conocemos: están explorando con nuevos materiales y procesos de diseño, siempre con un cable en la experimentación, en los que se han invertido horas en pruebas y errores y que conquistan con su resultado final.

También les mostramos dos casas, ambas fueron remodeladas de manera intensa y extensa, consiguiendo un resultado que está lejos de la casa típica o lo que uno esperaría en barrios consolidados. Lo que más me gusta de ambas es que sus dueñas se atrevieron y pidieron proyectos que funcionan como un guante para sus familias, no son genéricas, no hay otra igual. Mientras más proyectos como estos se vayan desarrollando, más identidad se irá construyendo, y valoraremos lo distinto. Porque ahí hay mucha tela por cortar… atreverse y dejar de poner el mueble de moda o lo que los amigos o conocidos ya tienen. Siempre habrá tendencias que de alguna manera nos guían, pero hay que tomar de ahí solo lo que nos convence 100% y complementarlo con nuestras historias, nuestros recuerdos, nuestro propio aliño.

La primavera es el momento de abrir las alas, batirlas un poco y así salir del sopor invernal, y dejar que las ideas nuevas entren y nos sorprendan.

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