Sopa de zapallo 2.0

Sábado 1 de julio de 2017, edición N° 738




Hubo un momento en que el butternut nos conquistó a todos. Obviamente en un otoño/invierno de (¿tal vez?) unos 6 años. La sopa caló en casas, restaurantes y hasta fiestas. Entonces sí, ya es hora de divertirla.

Partamos con las –aplicables para todas– dos opciones sopísticas básicas. Se puede hacer una olla con verduras y agregar agua, luego licuar. O asar las verduras (concentran sabor y dan más textura cremosa), después hervir con un fondo antes hecho. Mi forma flash es olla con mantequilla y aceite de oliva. Rebanadas de jengibre, cebolla en pluma gruesa. Salteo con un poco de pimienta rosada, sal. Agrego agua, hierve por 20 minutos, licúo, vuelvo a la olla, rectifico sabor y ya está. Si ando especiada en el momento del salteo agrego pasta de curry amarillo, anís estrellado, clavo y cardamomo. Sirvo, todas, con una cucharada de yogur natural, semillas de zapallo, cebollín (y opcional chorrito de aceite picante).

Ahora, este 2017, entró a cuadro masivamente la leche de coco. Se pone como en el minuto 15 de cuando está todo hirviendo junto y conviene saltear las verduras en aceite de coco con sabor para potenciar. La otra es con jugo de naranjas (se lo echan cuando vuelven a calentar la sopa ya licuada, recuerden que el calor pone amarguita la naranja) y la sirven con yogur y su zeste. Imbatible es la con salvia (solo salvia, mantequilla y cebolla en el salteo prezapallo). O la que me enloquece con manzana y tocino. Volvemos al salteado. Cuando echamos los cubos de zapallo, también cubos de manzana verde (por un butternut chico 2 manzanas grandes). Un poco de tomillo fresco. Si tienen sidra, la bomba, echan un poco en el salteo, o moscatel bien seco (Gallardía de De Martino). Un poco de azúcar de coco. Revuelven y ya. Agua, hervor, licuado. Para servir, cubitos chicos de manzana, un poco de canela en polvo y tocino crujiente. ¡Leru leru invierno!

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