La extenuante experiencia del primer evento de batallas competitivas de Pokémon Go en Chile

Este domingo se realizó el primer "Battle Go" en Chile. Pese al calor y algunas dificultades técnicas, logró congregar a decenas de jugadores.


El centro de Santiago está sereno. Ya no hay rastros de las fiestas de la noche del sábado. Los más deportistas aprovechan la mañana para andar en bicicleta por las vías exclusivas, mientras el resto de la ciudad pareciera estar durmiendo. Pero no todos lo hacen.

En medio de la construcción de las tarimas para la fórmula E que se ha apoderado de la Plaza Italia, se asomaba tímidamente el monumento a Manuel Rodríguez. Es ahí en donde la mañana del domingo 21 de enero comenzaron a congregarse decenas de jugadores de Pokémon Go.

A medida que los organizadores de PokestGo llamaban a sus equipos, poco a poco los maestros de estos populares monstruos se acercaron a una carpa. "Mystic A", "Valor E" y "Instinct J" son las palabras que se repiten en los parlantes mientras los asistentes se mostraban ansiosos. Algunos inclusive eufóricos. Después de todo, se habían juntado a dirimir quién es el mejor jugador.

El Parque Bustamante se fue tiñendo de negro a medida que los entrenadores se ponían las poleras que los acreditaban como parte de la actividad. Unos cuantos curiosos se detenían a mirar qué diablos estaba sucediendo. Mientras la entrega e inscripción avanzaban, algunos más impacientes comenzaron a jugar para salir en incursiones con el objetivo de atrapar las criaturas más codiciadas.

Un poco antes de las 11 de la mañana, empezaron los primeros concursos.  Con intervalos de tiempo se realizaban iniciativas como la "mesa pide", pruebas carreras y "sabiduría Pokémon". Aunque equipos aún no llegaban, la batalla tenía que comenzar.

Tengo que ser siempre el mejor, mejor que nadie más

El torneo que se llevó a cabo fue sido diseñado en base a lo que permite la aplicación. A más de un año de su lanzamiento,  Pokémon Go aún  no tiene un mecanismo propio para realizar enfrentamientos entre jugadores, ni diseñar competencias.

Por eso la organización implementó un sistema en el que los jugadores ocuparon los gimnasios, verdaderas zonas de batalla ubicadas en puntos específicos de la ciudad, para combatir.

"Ellos dejan sus pokémon en los gimnasios y esperan que un equipo oponente los derrote rápidamente,  con eso se decide. El equipo que se apropia de un gimnasio en menos tiempo, es el ganador", explicó Matias Pizarro, coordinador de PokestGo.

Además, definieron que los pokémon más poderosos de la aplicación - como los legendarios y otros fuertes como Blissey y Snorlax - no pueden ser parte de los equipos de los entrenadores.

Todo fue diseñado con el fin de elaborar una estrategia colectiva. Los competidores, estaban divididos en dos categorías: Maestro, que incluye jugadores entre el nivel 30 a 35 y Alto Mando, con niveles entre 36  a 40.

Yo viajaré de que aquí a allá, buscando hasta el fin

Con la bandera verde para dar inicio a la batalla, un grupo de maestros pokémon se dirigió a los gimnasios ubicados a lo largo del Parque Bustamante en dirección hacia el metro del mismo nombre.

A los pies del edificio Telefónica, los jueces de la competencia se encargaron de bajar un gimnasio, pero una descoordinación aletargó todo el proceso. El grupo que representaba al equipo Valor le faltaban integrantes, ya que que se habían ido a pasar el rato en una incursión.

Ese no fue el único problema, ya que un jugador "externo" a la competencia dejó un Blissey en el gimnasio. En ese sentido, la dificultad para derribar a la criatura rosada obligó a los jueces a mover la batalla en función del tiempo.

Ambos equipos rivales, guiados por los organizadores, caminaron de vuelta al punto central del torneo, intentando dar con un nuevo lugar para la batalla. En definitiva, en avenida Vicuña Mackenna, junto a una fuente, comenzaría el duelo.

El primer equipo defensor dejó sus pokémon según la estrategia acordada minutos atrás en la Torre Telefónica. Sus oponentes lograron derribarlos en un tiempo cercano a 5 minutos.  Cuando a los defensores les tocó pasar al ataque,  de nuevo un jugador externo interfirió agregando una criatura adicional.

Las reglas de la competencia, en ese sentido, apuntaron así que cualquier pokémon "colado" tenía que ser ignorado en batalla, para no sumarle tiempo extra al equipo.

"Le están dando bayas", "Hay un Ryhdon", reclamaban en diálogos que solo pueden ser entendidos por aquellos que conocen la dinámica de Pokémon Go.

Oh! Pokemon yo entenderé tu poder interior

Como parte de este primer torneo, de inmediato queda en claro que la batalla no es atractiva para los espectadores. Este tipo de competencia basada en juegos móviles tiene como gran traba el hecho de que solo es gente viendo el teléfono. Algo muy lejano a esas grandes pantallas que proyectan en vivo los torneos de  e-sports.

En el punto de origen de todo este torneo, se repiten una y otra vez las dinámicas de batalla. Los equipos se juntan bajo la estatua de Manuel Rodríguez con la organización y parten al gimnasio escogido.

Casi al mediodía, muchos jugadores han partido al Raid Day y otros equipos, que se habían inscrito para participar en noviembre del año pasado, simplemente no llegaron.

El calor en la capital y el cemento en el parque no ayudaron a facilitar las cosas. El pasto y los árboles se convirtieron en el confort de los maestros que esperaban su turno durante la jornada. Algunos compran comida rápida para pasar el rato y otros siguen capturando las criaturas que se empeñaban en aparecer en el sector.

Pese a los extensos ratos muertos de esta competencia, los perdedores en su mayoría no se van y se quedan esperando a que se concreten salidas masivas de cacería.

Algunos jugadores cuentan su mala suerte en el juego, como Gonzalo Vásquez , que terminó perdiendo su batalla por un duelo de cara y sello.

"Entramos a atacar, y resulta que cuando estábamos en la tercera ronda se coló un fly y nos perjudicó todo el combate porque empezó a tomar error 29. Llevábamos un muy buen tiempo, menos de cinco minutos, pero como seguía con el error, tuvimos que cancelar el combate y decidir por un cara y sello...  fue muy injusto", expresó el miembro del equipo Valor.

A la captura de Snorlax

Ya cerca de la hora de almuerzo, la capital está más poblada. Los maestros organizados en el evento se disponen a partir en conjunto a la poképarada de la escultura Fuente Alemana. Un hito clave, según dicen, para atrapar a los pokémon más fuertes del juego.

Allí todos  divididos en sus respectivos team colaboran para derrotar a un Snorlax. Algunos lo consiguen, mientras otros se lamentan por la oportunidad perdida.

La gente mira extrañada la turba de personas con poleras de Pokémon Go que cruza la Alameda a pleno sol, pero nada importa. De nuevo en el punto de inicio, reparten regalos, se realizan entrevistas y vuelve la espera antes de volver a incursionar a los Tajamares.

Según cuentan los organizadores, las batallas avanzaron rápido, mientras tras un par de horas de competencia se asomaban los cuartos de final en ambas categorías. Hubo algunas sorpresas para los entrenadores, el equipo Dragin, menos conocido en el circuito, derrotó a algunos de los entrenadores más populares y que ya han llegado al nivel más alto del juego.

"Nosotros venimos jugando en el centro hace harto tiempo, hacemos barridas (…) entrenamos, sabemos jugar", señalan Sebastián, Paulo y Baltazar, tres de los integrantes del grupo. En general todos los presentes han sido metódicos para practicar y entrenar con la aplicación.

En el punto de reunión de la actividad, en dónde ya habían llegado vendedores de helados y hamburguesas veganas, los grupos debatieron sobre la experiencia. La opinión en general fue positiva, pero la crítica a la compañía que desarrolla el juego, Niantic, se repitió entre los asistentes.

Todos consideran que Latinoamerica ha sido discriminada por el juego, la tardanza en tener una criatura regional, la nula existencia de eventos oficiales solo para el continente, hacen que los entrenadores locales valoren otras iniciativas que les permiten reunirse.

Tras unas cuantas Raids y la aparición del legendario Kyogre, el torneo a la larga fue toda una maratón que se extendió hasta las seis de la tarde. Recién ahí se develaron a los ganadores.

En la categoría Maestro: Jose Rebolledo, Victoria Berrios, Fernanda Barrientos, Miriam Olavarria, Katia Wechslerr y Jimmi Leal; del equipo Mystic se coronaron como ganadores.

En cuanto a la categoría Alto Mando: Mathias Cruz, Bruno Brant, Pedro Carrizo, Francisco Matamala, John Inzunza y Renzo Gonocchio; del equipo Insticnt se llevaron el triunfo.

Los ganadores posaron frente a la estatua de Manuel Rodriguez con las medallas y trofeos que los acreditaban como los mejores entrenadores a nivel local, en una experiencia para nada entretenida de presenciar y que nuevamente puso en evidencia que la mayor falta de Pokémon Go es seguir careciendo de un sistema de batalla.

Todos sus jugadores quieren atraparlos ya y enfrentarse entre si, pero tal como decía la canción de la popular serie de animación basada en el videojuego, eso solo un sueño será... por ahora.

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