Hace unas semanas, Carabineros de Chile dio a conocer en su anuario estadístico de siniestros de tránsito que durante 2021 se registraron 1.688 personas fallecidas a causa de un siniestro vial, el peor número de la década con un aumento del 4,4% respecto de 2019, último año en que se realizó el estudio.

Cifras como la que entregó Carabineros hacen ver que tema de los siniestros viales es una de las grandes preocupaciones que debe existir. Por lo mismo, a nivel de gobierno se fortaleció la normativa con la promulgación de la Ley No Chat y se está a la espera de que avance el postergado Proyecto CATI.

Considerando lo anterior, algo de extrañeza provocó un proyecto de ley que elimina el requisito de escolaridad básica para obtener la licencia de conducir Clase B y Clase C, cuando en muchos países las pruebas son cada vez más exigentes. Sin embargo, acá la idea es hacer el proceso más simple, especialmente a los extranjeros, a quienes les cuesta convalidar sus estudios y no pueden sacar licencia para manejar por este motivo.

El texto legislativo original, obra de los exsenadores Alejandro García Huidobro, Juan Pablo Letelier y Alejandro Navarro, junto a los senadores Manuel José Ossandón y Ximena Órdenes, pasó a la Cámara de Diputados, donde esta se aprobó en general por 117 votos a favor, 13 en contra y 13 abstenciones.

El texto legal ahora debe volver a la Comisión de Transportes y asoma como una alternativa también “a las y los chilenos que no han concluido su enseñanza formal, pero saben leer y escribir, obtener su licencia de conducir”, como dice el sitio oficial de la Cámara de Diputados.

Si bien el proyecto contemplaba en su idea el dotar de más personas con licencia y paliar la falta de conductores profesionales, el proyecto “presenta un obstáculo, principalmente, para las y los extranjeros que deseen optar a la licencia profesional. Ello, porque uno de los requisitos es contar previamente con licencia Clase B, al menos, por dos años”, dice en el sitio oficial.

Pros y contras de la medida

El proyecto de ley fue recibido de buena manera por diferentes actores de la seguridad vial en el país, aunque con ciertos reparos en algunos casos.

Alberto Escobar, gerente de Movilidad de Automóvil Club de Chile, señala que “hoy en día las escuelas de conductores están obligadas a cada día exigir un mejor estándar en términos educacionales e intelectuales, es decir, que las personas puedan procesar ideas complejas detrás el volante, que puedan entender la Ley del Tránsito y que puedan tomar decisiones seguras y responsables en sus desplazamientos, pero con esta medida probablemente se da una señal equívoca. Se entiende que, de buena fe, se pretende mejorar el acceso de conductores extranjeros a una licencia de conducir formal, pero por otro lado va a producir una señal entre la población que el examen es más fácil y se debe hacer todo lo contrario, para que tengamos realmente personas calificadas detrás de un vehículo motorizado. Es preocupante que en Chile aún se siga visualizando la conducción como una actividad de escasa complejidad y que aún persista la creencia que este documento es un derecho, cuando realmente es un privilegio”.

El experto en seguridad vial, agregó sobre el tema que “esta es una medida que busca facilitar el acceso a licencias de conducir, principalmente para extranjeros, que es la gran cantidad de personas que no pueden acreditar estudios básicos. Desde ese punto de vista nosotros aprobamos la medida, pero recordemos que este es una medida que también es para todos los chilenos y restarle capacidad intelectual a quienes deciden conducir un vehículo motorizado no es muy buena señal. Dado que la conducción es una actividad de altísima complejidad, su eventual aprobación podría ayudar a precarizar aún más el nivel de los conductores de las vías, y también podría traer consecuencias negativas para la seguridad de tránsito en el país, al no garantizar un estándar mínimo de idoneidad de quienes decidan voluntariamente manejar un vehículo. Se puede entregar una señal de que han bajado los requisitos y eso no contribuye en nada para generar cambios en el sistema vial. No hay que olvidar que el 50% de los postulantes a una licencia de conducir son rechazados en el examen teórico por la baja comprensión lectora que tenemos en Chile”.

Claudia Rodríguez, directora ejecutiva de la ONG “No Chat”, se muestra más cercana al proyecto y confía en que puede ser útil para un grupo grande de personas, ya que “este proyecto busca facilitarles a las personas el trámite para que puedan presentarse al examen de conducción, por ejemplo, extranjeros que no logran convalidar o conseguir su certificado de enseñanza básica en el consulado o embajada. Dado la escasez de conductores por ejemplo en el transporte público, pudiera facilitar que extranjeros puedan conseguir su licencia. Ahora, lo que nos hace ruido, es que esto no ocasione en ningún minuto bajar la rigurosidad en la obtención de la licencia, dado que ocasionaría un problema serio en la calidad, competencias y habilidades de estos nuevos conductores”.

En la misma vereda, Axel Rimbaud, fundador del Movimiento Contra el Exceso de Velocidad Letal (MEL), cree que “la supresión del requisito de escolaridad básica parece ser una buena medida de seguridad vial. Este requisito, que puede ser muy complejo de obtener para personas extranjeras, no aporta nada al nivel de la seguridad vial, ya que se deben acreditar conocimientos teóricos y prácticos de conducción (habiendo demostrado el manejo de español básico). En muchos casos como no se puede obtener el certificado de enseñanza básica, algunos extranjeros manejan sin licencia chilena y no realizan el resto del proceso de obtención de licencia local. El conducir sin licencia es un problema creciente, en 2018, era la segunda infracción a la ley de tránsito, en 2021 era la primera con casi el doble más de infracciones que la segunda infracción, que es conducir a exceso de velocidad”.