América Latina enfrenta un año electoral de alta complejidad

Maduro
Nicolás Maduro junto a su esposa Cilia Flores, durante un acto electoral realizado el 7 de febrero en Caracas. Foto: EFE

En 2018, seis países de la región llevarán a cabo comicios presidenciales. En varios casos podría haber un cambio de signo político en el partido gobernante. A esto se suma el "relevo" de Raúl Castro al frente del gobierno en Cuba.


En un período marcado por el bajo crecimiento económico, la caída en el apoyo ciudadano a la democracia y la irrupción del populismo, América Latina enfrenta un año electoral complejo, no solo por los comicios en Venezuela del próximo 22 de abril, sino porque en la mayoría de los países que acudirán a las urnas podría darse un cambio de signo político, tal como ocurrió en Chile con la elección de Sebastián Piñera.

En la región se habla de un "maratón electoral", un ciclo que inició Chile en noviembre, que continuó en Honduras ese mismo mes y que concluirá en 2019 con nada menos que 14 comicios en Latinoamérica. De ese número, este año se llevará a cabo seis elecciones: Costa Rica (ya se celebró la primera vuelta y el balotaje será el 1 de abril), Venezuela, Paraguay (22 de abril), Colombia (27 de mayo), México (1 de julio) y Brasil (7 de octubre).

Además, en otros países se ha efectuado o se implementará distintos tipos de consultas populares, como el caso de Ecuador, que el pasado 4 de febrero llevó adelante un referendo constitucional que pulverizó la reelección indefinida, lo que reforzó el poder del Presidente Lenín Moreno en detrimento de su antecesor, Rafael Correa. También en Cuba, en abril, está previsto el "relevo" de Raúl Castro al frente del gobierno, lo que significará que por primera vez desde 1959 no habrá un Castro al mando de la Isla.

Aunque ni en Cuba ni en Venezuela se pronostica un cambio de signo político, en el resto de los países -salvo en Honduras, donde el Presidente Juan Orlando Hernández fue reelecto- podría haber una modificación en el color político del partido gobernante. Tal es la situación de Costa Rica, donde para la segunda vuelta el favorito es el candidato evangélico Geraldo Fabricio Alvarado, del partido Restauración Nacional, que podría vencer al oficialista Carlos Alvarado.

Lo mismo podría ocurrir en Paraguay, donde la contienda será entre el oficialista Partido Colorado, que ha dominado parte importante de la política local en las últimas siete décadas, y una alianza de centroizquierda de la que forma parte el ex Presidente Fernando Lugo. La incertidumbre es total y los comicios podrían llevarse a cabo en un ambiente de alta tensión. De hecho, en abril de 2017 una turba ingresó y quemó el Congreso después de que se aprobara una reforma que permitía la reelección presidencial.

Un mes después de Paraguay será el turno de Colombia. Aunque es altamente probable un balotaje, el Presidente Juan Manuel Santos no tendría un sucesor exactamente de su mismo color político, ya que, al menos por ahora, los favoritos son el liberal Humberto de la Calle, el uribista Iván Duque, el independiente Sergio Fajardo, el progresista Gustavo Petro y el liberal Germán Vargas Lleras. Ello, sin contar con la complejidad que añadirá al proceso la participación de la ex guerrilla de las FARC como partido político.

Donde también hay altas probabilidades de que el partido oficialista deje el poder es en México. Para los comicios del 1 de julio el favorito es el izquierdista Andrés Manuel López Obrador, seguido por Ricardo Anaya, apoyado por una inédita alianza entre el PAN y el PRD. Recién en el tercer lugar de las encuestas figura el candidato del PRI (oficialista), José Antonio Meade, el ex ministro de Hacienda del Presidente Enrique Peña Nieto. De esta manera, es probable que el PRI deje el poder tras apenas un período presidencial y que en su reemplazo asuma, de manera completamente inédita, el izquierdista Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), de López Obrador (AMLO).

También podría darse un cambio de partido en Brasil, donde el gran favorito es Luiz Inácio Lula da Silva, el líder histórico del Partido de los Trabajadores (PT), a pesar de la situación judicial que enfrenta. En segundo lugar en las encuestas aparece el populista Jair Bolsonaro, del Partido Social Cristiano, mientras que en la tercera posición figura, por ahora, el gobernador paulista Geraldo Alckmin, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB). En cualquier caso, ningún candidato presidencial milita en el conglomerado del Presidente Michel Temer, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB).

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