Andrés Manuel López Obrador, el eterno candidato mexicano

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Andrés Manuel López Obrador durante un acto en Puebla, el 30 de abril.

El líder del partido Morena es el favorito, según los sondeos, para ganar las elecciones del próximo 1 de julio. Se trata de su tercer intento por llegar a la presidencia. A juicio de los analistas, una de las claves de su popularidad se debe al hartazgo con los partidos tradicionales.


Un mes después de las elecciones presidenciales de 2006, miles de partidarios de Andrés Manuel López Obrador instalaron 47 campamentos en el casco histórico de Ciudad de México como una forma de protesta para pedir un recuento de votos. Esto, porque según el escrutinio final el entonces líder del Partido de la Revolución Democrática (PRD) había perdido frente a Felipe Calderón, candidato del Partido Acción Nacional (PAN), por apenas 244 mil votos, es decir, un 0,58% de diferencia. Doce años después y en su tercer intento, AMLO vuelve a estar a pasos de ocupar el sillón presidencial en el Palacio Nacional.

Así, al menos, lo revelan las encuestas que colocan al ahora candidato del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) como líder en intención de voto para las elecciones del 1 de julio. Por ejemplo, el último realizado por la consultora Parametría -divulgado el jueves- le da un 39% de las preferencias, seguido por el aspirante de la coalición Por México al Frente, liderada por el PAN, Ricardo Anaya que tiene 25% de popularidad y el candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), José Antonio Meade, con 14%. Mientras que otra encuesta revelada el miércoles por el diario Reforma le da López Obrador un 48% de la intención de voto.

Ese estudio señala que el candidato se ha transformado en la opción de los millennials, es decir, la generación nacida entre 1980 y 1995, quienes le dan 51% de intención de voto. El 24% de este grupo preferiría tener a AMLO en un chat de WhatsApp.

"La verdad es que no veo ningún candidato que me represente completamente en estas elecciones, pero creo que López Obrador es mi opción porque los otros partidos han tenido su oportunidad y no han hecho nada", explica Paco a La Tercera, un vendedor de 32 años de una tienda de ropa en las calles aledañas al Zócalo.

En la misma línea, para el analista e investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (Cide), José Antonio Crespo, su liderazgo en las encuestas radica en el "hartazgo con la corrupción, con el modelo económico que han llevado el PAN y el PRI y que no ha sido satisfactorio para mucha gente y que es mayor que en otras ocasiones. Mucha gente ya quiere un cambio que supone que va a ser mejor".

"De las tres alternativas, de los tres partidos que hay en México, el que no ha llegado al poder es la izquierda y aunque ya está fragmentada, el candidato más fuerte es López Obrador. Mucha gente quiere un cambio con la esperanza de que pueda ver las mejorías que no se dieron en los 10 años del PAN y los del PRI", dijo Crespo a La Tercera.

Es así como en medio de este panorama, los partidos tradicionales ya han comenzado a manifestar su preocupación. Incluso la prensa local y los analistas han señalado que el bloque al que representa Anaya -compuesto por el PAN, el PRD y el socialdemócrata Movimiento Ciudadano- estaría negociando un acuerdo con el gobernante PRI justamente para frenar a López Obrador.

Algo que el candidato ha negado, aunque sí llamó al "voto útil".

En este sentido, AMLO calificó este llamado como "una alucinación". "Ni siquiera uniéndose todos (los cuatro candidatos restantes) nos van a ganar", dijo recientemente en un acto en Puebla. El candidato señaló que la gente "ya decidió que haya un cambio verdadero, una transformación" y adelantó que militantes y dirigentes del PAN y del PRI "van a seguir uniéndose".

Modelo populista

Para sus detractores, según explica la agencia Reuters, de ganar la presidencia AMLO impulsará un modelo populista, similar al instaurado en Venezuela por el fallecido Presidente Hugo Chávez y su sucesor Nicolás Maduro, que podría acabar con años de estabilidad de la economía mexicana. Pero López Obrador ha respondido que no nacionalizará la banca ni ejecutará confiscaciones, pero que sí revisará todos los contratos petroleros para verificar que hayan sido adjudicados correctamente y detendrá un "faraónico" proyecto de un nuevo aeropuerto que, sostiene, ha estado plagado de corrupción.

"El panorama electoral se ve complicado, porque no se sabe quién va a ganar, no hay nada definitivo. López Obrador tiene muchas probabilidades, pero lo que hay de distinto es que hay una guerra entre el PRI y el PAN, que no es solamente una contienda electoral como en otras ocasiones, ahorita ya hay ataques personales, se hacen daño, eso puede favorecer el camino de López Obrador porque difícilmente puede haber un acuerdo informal de último momento como lo hubo en 2006 y 2012 entre el PRI y el PAN. Ahora se ve más difícil", indica Crespo.

Entre las promesas de campaña de su coalición Juntos Haremos Historia se encuentra aumentar el salario mínimo y el jornal de los campesinos. A su juicio, el sueldo mínimo de México "es de los más bajos en el mundo; no alcanza para lo indispensable".

Sus posturas lo hicieron chocar con un grupo de empresarios, a los que acusó de sentirse "los dueños de México" y de no querer "dejar de robar" y quienes le respondieron "no somos ladrones".

"Ya basta, ya han robado mucho, han destruido al país, están desgraciando al pueblo. Háganse a un ladito ya", afirmó. Estas declaraciones se produjeron luego de un mensaje publicado en varios diarios, pagado por empresarios, donde se le acusa de "injuriar y calumniar a quienes no piensan como él". "Lo hicieron en 2006 y ahora quieren repetir lo mismo. En 2006, firmaban sus mensajes. Ahora es pura guerra sucia", dijo.

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