Bolivia: la receta perfecta para un colapso sanitario

Un ataúd vacío puesto por familiares de una víctima del virus en protesta por no poder enterrarla, en Cochabamba. Foto: AFP

Cadáveres en las calles y una saturación en hospitales marcan el avance de la pandemia, que deja casi 40 mil contagiados.


Siete horas estuvo un cadáver en la vía pública en Cochabamba hasta que el Servicio Departamental de Salud lo retiró, presionado por vecinos que comenzaron a cavar una tumba en plena avenida. El temor a que el deceso fuera por Covid-19 y que el cuerpo se transformara en un foco de propagación del virus generó la indignación de los residentes, que exigían un centro de aislamiento y una fumigación.

Se trata del segundo cuerpo encontrado en las calles de la ciudad sin contar los ataúdes que esperan hasta días para ser enterrados, en un reflejo del colapso que afecta al frágil sistema sanitario boliviano.

Según el diario paceño Página Siete, ante la saturación de los golpeados centros de salud y en las morgues de las regiones debido al escaso personal producto de contagios, son las fuerzas policiales las que están trasladando sospechosos de Covid-19, muchas veces sin los equipos de protección.

Ante la emergencia, el director del Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF), Andrés Flores, propuso usar carros frigoríficos para que sirvan como “albergues temporales de cadáveres debido al elevado número de personas fallecidas en los últimos días”. Según el registro del IDIF, el viernes se retiraron 59 cuerpos y el sábado 80 a nivel nacional.

Los contagios se concentran en los departamentos de Santa Cruz, Beni y La Paz. En tanto, el Ministerio de Salud prevé 130 mil casos hasta agosto.

Durante la semana pasada, funerarias cruceñas y de La Paz advirtieron a las autoridades que deben esperar hasta cuatro días para la cremación o el entierro de los cuerpos. Así, los fallecidos deben permanecer en sus casas bajo la angustia de sus familiares.

En esa línea es que los trabajadores de la salud han retomado protestas en distintos puntos del país para exigir mayores insumos y equipamiento. La alcaldía de La Paz informó que los hospitales han llegado al límite de la capacidad, por lo que solicitan la puesta en marcha de nuevos espacios.

A pesar del complejo escenario del país, que acumula 39.297 casos y 1.434 decesos, ayer Santa Cruz reinicio las actividades comerciales y públicas, dando un paso al costado de la cuarentena rígida.

El “peregrinaje” de los pacientes. Así, la prensa boliviana catalogó las dificultades de las personas con síntomas que buscando atención médica transitan por varios centros asistenciales donde son rechazados por la falta de camas.

Durante la jornada de ayer, el gobierno interino confirmó el contagio de la tercera autoridad del gabinete en los últimos cuatro días. La última afectada por el virus es la ministra de Salud, Eidy Roca, quien asumió en mayo la cartera tras la destitución de Marcelo Navajas en el marco del escándalo por la compra con sobreprecio de 170 respiradores mecánicos.

El sábado, el Ejecutivo confirmó con Covid-19 a los ministros de Minería, Jorge Fernando Oropeza, y al de Presidencia, Yerko Núñez, quien debió ser internado. En tanto, el ministro del Trabajo, Óscar Mercado, inició un aislamiento preventivo de 14 días por contacto estrecho. La mandataria interina, Jeanine Áñez, permanece en su residencia con teletrabajo.

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