Caja negra de avión estrellado en Moscú incrimina a sensores de velocidad

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Estos sensores pueden transmitir datos incoherentes en caso de que se forme hielo, y desorientan a los pilotos.


Las cajas negras del avión ruso Antonov que se estrelló el domingo cerca de Moscú causando la muerte a sus 71 ocupantes revelaron que la causa de la catástrofe sería probablemente a la formación de hielo en los sensores Pitot, uno de los elementos que permiten calcular la velocidad del aparato.

Estos sensores pueden transmitir datos incoherentes en caso de que se forme hielo, y desorientan a los pilotos. Ya fueron señaladas en el accidente del avión Airbus A330 de Air France Rio-París que cayó en el Atlántico en 2009 con 228 personas a bordo.

El birreactor An-148 de la compañía Saratov Airlines se estrelló el domingo cerca de Moscú poco después de despegar del aeropuerto Domodedovo en dirección de Orsk, en los Urales.

Los 65 pasajeros y seis miembros de la tripulación murieron.

A pesar de abundante nieve en la zona, las autoridades hallaron las cajas negras que comenzaron a ser analizadas por los investigadores del Comité Intergubernamental de Aviación (MAK).

La caja que graba las conversaciones en la cabina de pilotaje aún debe ser analizadas. La que contiene los parámetros técnicos del vuelo, que ya está siendo descifrada, da cuenta de "datos incorrectos sobre la velocidad recibidos por los pilotos, lo que pudo aparentemente estar vinculado a la formación de hielo en las sondas Pitot, cuyo sistema de calefacción se encontraba apagado", afirmó el MAK en un comunicado.

También llamados "tubos Pitot", estas sondas anemométricas permiten a los pilotos controlar la velocidad del aparato, un elemento crucial para su equilibrio en vuelo.

Si las sondas acumulan hielo pueden transmitir una medida incorrecta de velocidad a los pilotos, por lo que el aparato puede entrar en pérdida (de sustentación y caída) si vuela muy lento o puede sufrir daños estructurales si va muy rápido.

La caja negra del An-148 reveló divergencias cada vez más importantes entre las velocidades medidas por los diferentes captores en los pocos minutos de vuelo.

Estas informaciones contradictorias llevaron a los pilotos a desactivar el piloto automático a una altura de unos 2.000 metros. Pero 34 segundos más tarde, una de las sondas indicó una velocidad nula contra más de 540 km/h según otro de los sensores.

El aparato empezó entonces a caer.

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