Carlos Cordero, analista político boliviano: "El gobierno busca dañar la imagen del expresidente"

"El partido de gobierno teme a una posible candidatura de Mesa pues el expresidente tiene una intención de voto similar a la de Evo, a pesar de que Mesa ha reiterado que no quiere ser candidato ni tiene partido", señala el analista.


¿El hecho que Quiborax fuera una empresa chilena es un argumento de peso para que la Fiscalía pidiera enjuiciar a Carlos Mesa?

La nacionalidad de la empresa es sin duda un elemento crucial del juicio interpuesto por el Estado boliviano contra el expresidente Carlos Mesa. Gracias a ello, a que supuestamente el capital mayoritario de la sociedad es de nacionalidad chilena, el juicio pudo trasladarse a la competencia del CIADI. La controversia judicial tiene dos componentes, el primero es por incumplimiento de contrato y resarcimiento de daños. No es un acto de revancha histórica o una reivindicación nacionalista entre el Estado boliviano y una empresa chilena, tampoco se debe a cierta rivalidad histórica entre Bolivia y Chile, que busca sancionar a empresas chilenas. Es una controversia jurídica económica que se ha politizado, porque la indemnización que debe pagar Bolivia a Quiborax es exorbitante y desproporcionada. En este sentido, el gobierno de Evo Morales, busca un chivo expiatorio al daño económico producido. Acusa a Mesa de la ruptura de contrato y con ello piensa obtener un beneficio político, dañar la imagen del expresidente y eliminar al único candidato con posibilidades de derrotar al MAS en una contienda electoral.

¿Usted cree el gobierno de Evo Morales está haciendo un uso político del caso? ¿Busca sacar a Mesa de la carrera presidencial?

El partido de gobierno teme a una posible candidatura de Mesa pues el expresidente tiene una intención de voto similar a la de Evo, a pesar de que Mesa ha reiterado que no quiere ser candidato ni tiene partido.

¿Estima que es una buena estrategia la de Mesa de llamar a defender el referéndum del 21F?

Existe en la actualidad, en la sociedad boliviana, un sentimiento de frustración y violación colectiva respecto del referéndum del 21 de febrero de 2016. Casi tres millones de bolivianos dijeron no a la repostulación de Morales en las elecciones de 2019. Mesa al reivindicar el respeto del voto ciudadano asume el liderazgo de aquel voto y de otros bolivianos que no están de acuerdo con la insistencia de Morales a desconocer la Constitución y los resultados del 21F. Mesa se coloca como defensor de la democracia y a Evo como el autoritario que irrespeta al ciudadano y al voto ciudadano.

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