El chavista que rompió con Maduro

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Cristopher Figuera explica las razones de su huida de Venezuela en un video difundido en mayo.

De origen humilde y corazón revolucionario, Cristopher Figuera, quien fuera el máximo jefe de la policía política y de la Inteligencia de Venezuela, se rebeló contra el régimen y luego huyó a EE.UU.


"La posición de Cristopher Figuera es muy importante por lo que él representa. Es un hombre bolivariano y chavista. Sin duda un líder dentro del Ejército. Es el jefe de los servicios de Inteligencia (Sebin) que rompió con Nicolás Maduro y que está haciendo pública información que es muy delicada", cuenta en conversación telefónica con La Tercera, Rafael Ramírez, el hombre que durante 12 años estuvo a cargo la industria del petróleo en Venezuela.

La madrugada del 30 de abril, no solo fue la jornada en que el autoproclamado Presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, intentó un levantamiento civil y militar contra el Palacio de Miraflores. Ese día Figuera, el entonces máximo jefe de la policía política y de la Inteligencia de Maduro, secundó el llamado opositor, se rebeló contra el régimen y huyó del país. Casi dos meses más tarde, el exlíder del Sebin, catalogado como "topo" o "doble agente", apareció esta semana en EE.UU. revelando los secretos más oscuros del sucesor de Hugo Chávez.

Oriundo del estado de Monagas, Figuera, de 55 años, es licenciado en Ciencias y Artes Militares. Graduado de la Academia Militar de Venezuela en 1987, su formación en inteligencia fue realizada en Cuba. Además de edecán de Chávez durante 12 años, su trayectoria también da cuenta de su paso por el Centro Estratégico de Seguridad y Protección de la Patria, en 2013, y por la Dirección de Inteligencia Militar, en 2017, entre otros.

Figuera y Rafael Ramírez -otro chavista que rompió con Maduro en 2017- se conocieron en la universidad cuando ambos estudiaban Física. "Por razones económicas Figuera abandonó sus estudios y se fue a la Academia Militar junto al actual jefe del Ejército, Jesús Suárez Chourio. En Venezuela, a diferencia de otros países, nuestro Ejército no es una rama de elites. Al contrario, está conformado por gente muy humilde, y Cristopher era un muchacho de origen popular del oriente del país", comentó el exzar de petróleo, quien además recuerda que ambos se reencontraron muchos años después. "Cada quien cogió su camino. Él se convirtió en oficial del Ejército, se graduó y después nos volvimos a ver en el gobierno del Presidente Chávez. Nunca dejamos de hablar (...) siempre hubo disconformidad sobre lo que estaba haciendo Maduro", agregó.

Camino al quiebre

Algunos pares de la época, según fuentes consultadas por La Tercera en Caracas, decían en el Fuerte Tiuna que Figuera ascendió e hizo su carrera por "correspondencia", porque más que asistir a los cursos, "pasaba colgado de la chaqueta del comandante Chávez". Su piel oscura, su apariencia fuerte y atlética y su cercanía con el difunto líder le valió, al igual que a Suárez Chourio, el apodo de "el cubano".

Figuera llegó a la cúspide del poder en octubre de 2018. El propio Maduro lo nombró líder del Sebin en reemplazo de Gustavo González López, quien cargaba con una serie de polémicas luego de la sospechosa muerte del concejal opositor Fernando Albán en la misma sede del organismo. Un episodio que el chavismo tildó de suicidio y que opositores señalaron como un asesinato. No obstante, cuando Figuera fue visto como traidor, de manera casi inmediata González López recuperó su cargo.

En una entrevista con The Washignton Post realizada en Bogotá, pero publicada este mismo lunes cuando llegó a EE.UU., Figuera señala que César Omañana, descrito por la prensa local como un médico aventurero y empresario de 39 años con una agenda de contactos variopinta (entre sus amistades aparecen figuras como Leopoldo López, oficiales de alto rango y una de las cinco hijas de Chávez, María Gabriela Chávez), entró a su oficina el 28 de marzo con el fin de reclutarlo.

Su rol como figura clave de las FF.AA. venezolanas llevó a Figuera -al igual que decenas de ese círculo- a recibir sanciones por parte de la Casa Blanca en febrero pasado. Sin embargo, tres meses más tarde, el vicepresidente Mike Pence se las levantó "en reconocimiento de sus acciones, en apoyo de la democracia". Para muchos, lo anterior es prueba suficiente de sus conexiones con la CIA para forzar la salida de Maduro el 30 de abril pasado.

Figuera carga con el sello rojo de la revolución a la que sirvió por años y, por lo mismo, dice que se arrepiente de algunas de sus acciones. Pero no de todas. "Si yo te dijera que soy la Madre Teresa de Calcuta, no me tomarías en serio. Sería sospechoso", dijo el exjefe del Sebin al Post, quien como el exjefe de la Contrainteligencia Militar Hugo Carvajal -ahora detenido en España por petición de EE.UU.- y el mayor general y exministro de Interior, Miguel Rodríguez Torres, integran un listado de deserciones en la cúpula chavista.

No obstante, la experta venezolana en asuntos militares, Rocío San Miguel, llama a la calma sobre las expectativas de este quiebre. "Hay que entender que son 18 años los que (Figuera) ha estado dentro del poder, para descifrar lo que se pueda esperar de este general. Es un hombre profundamente vinculado al sistema de Inteligencia en Venezuela", señala la analista a La Tercera. Y agrega: "Se han hecho muchas conjeturas en función de deserciones que terminan revelando muy poco, como sucedió en el caso de la fiscal Luisa Ortega Díaz. No terminan de convencer en cuanto a la información que controlan".

Según Figuera, su puesto en el Sebin le abrió los ojos sobre Maduro. "Entendí que es la cabeza de una empresa criminal", dijo al Post, detallando negocios de contrabando de oro, lavado de dinero y la presencia de miembros del ELN y Hizbulá en Venezuela. Además, reveló que el líder cubano Raúl Castro operaba como una suerte de asesor de Maduro. "Cualquier reunión podía ser interrumpida si Castro llamaba", agregó.

Tras el levantamiento de Guaidó, Figuera lanzó un video y una carta como llamado a los militares. "Es hora de actuar", les dijo. También señaló que sigue siendo chavista de corazón, pero que "a Maduro le quedó grande la presidencia".

"Siempre le dije (a Figuera) que lo estaban llevando a un punto donde, en algún momento, su disciplina militar iba a entrar en contradicción con sus principios", señala Ramírez, quien además revela que tras conocer los movimientos del 30-A le escribió a Figuera. "Le dije cuídate, hermano, que nadie te obligue a nada. Conversábamos con mucho cuidado porque el gobierno de Maduro todo se graba", concluyó.

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