Colombia apunta al ELN por el atentado y se complica la paz

Colombia
La camioneta cargada con 80 kilos de pentolita utilizada en el ataque del jueves, en Bogotá. Foto. EFE

El diálogo con la última guerrilla colombiana tiene sus días contados. Las víctimas fatales del ataque se elevaron a 20.


En febrero de 2017, en Quito, Ecuador, el gobierno del entonces Presidente Juan Manuel Santos (2010-2018) inició el proceso de paz con la última guerrilla activa de Colombia, el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Dos años después -y luego de varios obstáculos en el proceso-, los diálogos bajo el mandato del actual Presidente Iván Duque, tienen los días contados.

El ataque perpetrado con un autobomba en la Escuela de Cadetes General Santander, al sur de Bogotá y que estremeció a Colombia el jueves, dejó un saldo de 20 fallecidos, más el atacante.

El gobierno responsabilizó este viernes al ELN como el autor del atentado -el más letal en 15 años -que revivió los fantasmas de una Colombia azotada por la guerra armada y la violencia del narcotráfico décadas atrás.

Esa época supuestamente había llegado a su fin con la firma de los acuerdos de paz con las FARC, en 2016.

Inmediatamente después del ataque, que según las autoridades colombianas habría sido planeado al menos hace 10 meses, la primera línea de investigación apuntó al grupo armado. De hecho, el atacante identificado como José Aldemar Rojas, de 56 años, era miembro activo del ELN desde al menos 1994. Sus alias eran "Mocho" y "Kiko". Esta guerrilla, la última que opera en el país, tendría entre 1.500 y 2 mil milicianos.

El alto comisionado de Paz, la Legalidad y la Convivencia, Miguel Ceballos, señaló que "no habrá espacio de diálogo si continúa este grupo armado con los actos criminales y terroristas como el que afectó a las autoridades militares". "Frente al terrorismo no vamos a negociar", advirtió.

En esa línea Ceballos señaló que "el 7 de agosto, el Presidente dio un mes para evaluar el proceso de paz con el ELN que durante 17 meses realizó el gobierno anterior. El primer resultado fue negativo porque identificamos con el Ministerio de Defensa que se habían cometido más de 400 actos de terrorismo contra los ciudadanos y habían asesinado a más de 100 personas".

Complejo escenario

Para retomar las negociaciones de paz en La Habana, el gobierno colombiano ha exigido el cese de hostilidades y que el grupo entregue sus armas. Sin embargo, los ataques y secuestros no se han detenido. Desde que Duque asumió el poder, en agosto de 2018, el ELN ha secuestrado a nueve personas.

La Fiscalía de Colombia anunció que imputará cargos como autores intelectuales a los miembros del Comando Central del ELN. Según el fiscal general, Néstor Humberto Martínez, el atentado no habría sido una decisión aislada, sino que correspondió a órdenes impartidas por superiores en el grupo subversivo. Además, añadió que esperarán las decisiones del gobierno frente a una eventual reactivación de las órdenes de captura.

Duque anunciaría anoche su decisión frente al futuro de las negociaciones con la guerrilla. Según El Tiempo, "lo que sí vendrá ahora es un fortalecimiento de las acciones militares contra la estructuras de esa guerrilla".

De todos modos, el líder del ELN y jefe negociador de los diálogos de paz, Pablo Beltrán, había declarado en una entrevista a La Tercera en agosto del año pasado, que "en la sociedad colombiana hay un clamor para que se pase la página de la guerra. Nosotros en el ELN tenemos una consigna: estar siempre junto al pueblo".

Atacante militó en el ELN por más de 20 años

En 1994, José Aldemar Rojas, ya era miliciano del Ejército de Liberación Nacional (ELN), según las autoridades colombianas. El autor del ataque con un autobomba cargado con 80 kilos de pentolita que dejó 20 muertos y 68 heridos, el jueves en Bogotá, era un miliciano activo del grupo armado, que planeó por al menos 10 meses el ataque. Una pista de esto es que Rojas recién tramitó su licencia de conducir en febrero de 2018.

Nacido en Puerto Boyacá, tenía 56 años y le faltaba su mano derecha, que perdió al maniobrar unos explosivos.

Tras casi 10 años en la guerrilla, en 2003 se convirtió en cabecilla, explosivista e instructor del frente Adonay Ardilla del ELN, según el Ministerio de Defensa y la Fiscalía General de Colombia.

La investigación sostiene que "Mocho" o "Kiko" viajó a territorio venezolano en varias ocasiones a entrenar a personas en manejo de explosivos. También habría sido parte del esquema de seguridad de Nicolás Rodríguez Bautista, alias Gabino, jefe máximo del ELN.

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