Cumbre extraordinaria de la OTAN y reunión del G7 perfilan esta semana como crucial para estrategia de Occidente en Ucrania

Joe Biden habla en la Casa Blanca en una actividad respecto a investigaciones sobre el cáncer el pasado 18 de marzo. Foto: Al Drago / Reuters.

El líder estadounidense Joe Biden sostuvo una llamada con el presidente francés Emmanuel Macron, el canciller alemán Olaf Scholz, el primer ministro italiano Mario Draghi y el primer ministro británico Boris Johnson, “para discutir sus respuestas coordinadas”. Los cinco se reunirán el jueves en Bruselas para una jornada de intensidad diplomática poco común.


El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, discutió el lunes la “brutal” ofensiva de Rusia en Ucrania en una conversación telefónica con sus aliados europeos, al iniciar una semana crucial para el enfrentamiento de Occidente con Moscú.

La Casa Blanca dijo que Biden fue el anfitrión de la llamada, que duró poco menos de una hora, con el presidente francés Emmanuel Macron, el canciller alemán Olaf Scholz, el primer ministro italiano Mario Draghi y el primer ministro británico Boris Johnson, “para discutir sus respuestas coordinadas”.

“Los líderes expresaron sus serias preocupaciones sobre las tácticas brutales de Rusia en Ucrania, incluidos sus ataques contra civiles”, señaló el ejecutivo estadounidense en un comunicado.

Los cinco se reunirán el jueves en Bruselas para una jornada de intensidad diplomática poco común.

En un día, Biden, sus homólogos del Viejo Continente y otros jefes de Estado y de Gobierno de países aliados celebrarán una cumbre extraordinaria de la OTAN y una reunión del G7. También habrá una cumbre de la Unión Europea a la que está invitado el presidente estadounidense.

“Lo más importante para el presidente es la unidad”, argumentó este lunes su portavoz Jen Psaki, enfatizando que con su viaje a Europa, Biden busca lograr “una coordinación continua y una respuesta unificada a la escalada decidida por el presidente (ruso Vladimir) Putin”.

Refugiados, “elemento clave”

Biden viajará el viernes y el sábado a Polonia, adonde llegan cientos de miles de refugiados ucranianos.

Su agenda hasta el momento solo prevé una reunión con su homólogo polaco Andrzej Duda. Queda por determinar el resto del programa, pero Psaki ya ha subrayado que la cuestión de los refugiados será “un elemento clave” de esta visita.

El demócrata Biden hizo dos promesas de política exterior al inicio de su mandato: reparar las alianzas dañadas por su antecesor republicano Donald Trump y dedicarse más a la rivalidad con China.

La guerra en Ucrania ha permitido hasta ahora que el inquilino de la Casa Blanca marque la primera casilla: Occidente ha impuesto sanciones económicas sin precedentes a Rusia tras la invasión a territorio ucraniano el 24 de febrero, mientras que algunos países han hecho cambios estratégicos dramáticos.

En cuanto a la política de “pivote hacia Asia”, Biden se ve obligado actualmente a mirar hacia Europa. Pero la ofensiva de Putin en Ucrania podría ser un revelador de la relación de fuerzas entre Washington y Pekín.

Estados Unidos alzó el tono la semana pasada al expresar públicamente su preocupación por el posible apoyo militar y económico de China a Rusia. Durante una videollamada el viernes, Biden amenazó a su homólogo chino, Xi Jinping, con represalias si toma medidas en ese sentido.

Cercanía China-Rusia

El presidente estadounidense apuesta a que la severidad de las sanciones contra Rusia haga reflexionar a China, la segunda potencia económica mundial, cuyos funcionarios, lejos de condenar la invasión de Ucrania, se niegan incluso a hablar de “guerra”.

Pero el cálculo de Biden solo puede funcionar si Estados Unidos y sus aliados muestran la misma firmeza hacia Pekín que la que comparten frente a Moscú.

Sin embargo, las apuestas económicas de una posible escalada con China son de una dimensión completamente diferente, en un contexto global ya volátil por el alza de los precios de la energía y algunos productos alimenticios.

“Estados Unidos no es el único preocupado por la proximidad entre China y Rusia, muchos en Europa también están preocupados y esperamos que este sea un tema de discusión en los próximos días”, aseguró Psaki.

El presidente estadounidense y sus aliados también tendrán que decidir cómo mantener la presión sobre Moscú. ¿Qué amenazas aún pueden blandir los occidentales frente al sangriento conflicto en curso?

Un incidente reciente que involucró precisamente a Polonia ilustró el límite establecido por el propio Estados Unidos: no hacer nada que provoque una confrontación militar directa con Rusia.

Varsovia se había ofrecido a confiar a los estadounidenses aviones de combate Mig-29, para que estos últimos los entregaran a Ucrania. Pero Washington rechazó, bastante secamente, la propuesta.

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