Italia vuelve a la calle: bares, tiendas e iglesias reciben a sus primeros asistentes

Italianos se reúnen en el barrio de Monti, en el primer día de la fase dos decretada por el gobierno, en Roma. Foto: Reuters

Tras más de dos meses de cierre absoluto, los italianos pudieron retomar actividades al aire libre. Por primera vez desde el 9 de marzo, el país registra menos de 100 muertos en un día.


Restaurantes nuevamente con comensales en sus mesas disfrutando de sus famosas pastas y pizzas, filas en tiendas de ropa de alta costura y misas con público son algunas de las imágenes que se observaron ayer en distintas ciudades de Italia, en su primer día de desconfinamiento.

“Puedo saborear la plenitud del sabor mucho más (…). Es como si hubiera estado a dieta en los últimos meses y de repente puedo comer una rebanada de salami”, dijo a The Guardian Sandro Urbani mientras bebía una copa de vino afuera del Caffè Barrique, en la ciudad de Orvieto, en Umbría. Este fue uno de los tantos testimonios de alegría al poder comer fuera de casa tras más de dos meses de una estricta cuarentena.

El cierre del país fue decretado el 10 de marzo, convirtiéndose así en el primero de Europa en cerrar por completo. Pero ahora los italianos han comenzado a disfrutar de esta vuelta a una realidad que todavía tiene estrictas medidas para evitar la propagación del Covid-19, como la obligación de mantener un metro de distancia, el uso de mascarillas, guantes y alcohol gel, así como un rápido chequeo de temperatura en cada espacio público: 37,5 grados como máximo es lo permitido.

Clientes en las terrazas de algunos cafés en Milán. Foto: AP

Volver a caminar

“Volver a la normalidad es como volver a aprender a caminar”, escribió este lunes el primer ministro Giuseppe Conte en una carta al periódico Leggo. “Un paso a la vez, con precaución y atención, para evitar caerse y regresar. Italia comenzará a correr nuevamente”, agregó.

Las personas podían comprar comida para llevar desde el 4 de mayo, pero ahora pueden retomar esa suerte de ritual italiano de ir por un café o un aperitivo a la barra.

En esta fase 2 se permite que los restaurantes, bares y cafeterías de todo el país reabran con las obligación de seguir las medidas sanitarias de distanciamiento físico. Los restaurantes también deberán mantener un registro con los detalles de sus clientes durante un mínimo de 14 días para permitir el rastreo de contactos en caso de una infección por coronavirus. Museos, tiendas de ropa, peluquerías y barberías también abrieron sus puertas, pero en la mayoría de estos locales los clientes deben reservar con anticipación. Además, los trabajadores de peluquerías deben desinfectar todas las herramientas utilizadas al final de cada sesión, mientras que el personal de las tiendas de ropa debe desinfectar los artículos en venta.

Eso sí, esta apertura tiene un amargo sabor para algunos. Según la asociación de comerciantes Confcommercio, solo 7 de cada 10 tiendas puede abrir, ya que muchas tuvieron que cerrar por la crisis.

Italia ha sido uno de los países más golpeados por el coronavirus, y el primero en Europa en recibir los golpes de esta crisis sanitaria tras detectar su primer caso el 21 de febrero. A la fecha, el país suma 225.866 casos y 32.007 muertos. Sin embargo, por primera vez desde el 9 de marzo, el país registró este lunes una cifra diaria de muertos por debajo de los 100 fallecidos, con 99 víctimas fatales.

La cantidad de casos diarios también ha bajado considerablemente y este lunes el país sumó 451 infectados, mientras que el 21 de marzo, por ejemplo, se registraron 6.557 casos. De ahí el entusiasmo y el desconfinamiento.

Regreso a las iglesias

Para los devotos también hubo buenas noticias, puesto que se permitió el regreso a las iglesias respetando el metro de distancia y el uso de mascarillas. “Comparto la alegría de esas comunidades que finalmente pueden reunirse en asambleas litúrgicas, una señal de esperanza para toda la sociedad”, dijo el domingo el Papa Francisco durante su servicio de oración en vivo.

Un grupo de visitantes, incluidas varias monjas, hicieron fila fuera de la Basílica de San Pedro en el Vaticano por primera vez desde hace dos meses, para la misa que ofició el Papa.

Desde el 4 de mayo que también está permitido visitar a familiares, sin embargo, desde ahora los italianos pueden visitar a amigos aunque con la advertencia de evitar grandes reuniones. Por otro lado, se terminó con la obligación de portar un autodeclaración para justificar el motivo de una salida, siempre y cuando sea dentro de la misma región.

Eso sí, aún quedan recintos que permanecerán cerrados. Recién el 25 de mayo podrán abrir los gimnasios, centros deportivos y piscinas, y desde el 15 de junio los teatros y cines. Además, el gobierno aprobó un nuevo decreto que permite viajes por el país, así como hacia y desde otros países europeos a partir del 3 de junio.

Las ansias de los italianos de retomar la vida al aire libre eran enormes. El alcalde de Venecia, Luigi Brugnaro, compartió una foto en Twitter tomando su primer café y deseó una “buena reapertura a todos”. En tanto, el alcalde de la ciudad de Bérgamo, Giorgio Gori, la más castigada por el coronavirus, publicó imágenes en la misma red social de su primera actividad en esta nueva fase de una Italia más libre: su paso por la peluquería.

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