Japón ejecuta a líder de secta que atentó en metro de Tokio en 1995 con gas venenoso

shoko asahara
Fotografía facilitada por un miembro de la secta Aum. Vía EFE

Shoko Asahara era líder de una secta apocalíptica japonesa que en 1995 realizó un atentado en el metro de Tokio que causó la muerte de 13 personas y otras 6 mil resultaron enfermas.


Las autoridades judiciales de Japón cerraron el viernes un capí­tulo de uno de los crí­menes más espantosos que hayan ocurrido en el paí­s, el ataque con gas venenoso a los viajeros del metro de Tokio, que mató a 13 personas y enfermó a más de 6.000. Shoko Asahara, de 63 años y lí­der de una secta apocalí­ptica japonesa, fue ejecutado en la horca junto con seis de sus seguidores.

El atentado de 1995 alertó a un paí­s relativamente seguro sobre el riesgo del terrorismo urbano. Unos 2.000 policí­as, con todo y un canario en una jaula a fin de detectar posibles gases venenosos, incursionaron en el recinto de la secta, cerca del monte Fuji. Asahara, el autoproclamado gurú barbudo que reclutó a cientí­ficos y otras personas para su culto, fue encontrado dos meses más tarde, escondido en un compartimento en el techo de un edificio.

Como es la costumbre en Japón, el Ministerio de Justicia confirmó los reportes de prensa de que el lí­der de la secta y sus seguidores fueron ejecutados en la horca por su participación en el ataque con gas sarí­n en el metro de Tokio y otros crí­menes.

"Esto me trajo tranquilidad", afirmó Kiyoe Iwata, quien perdió a su hija en el ataque al metro, en declaraciones a la emisora NHK. "Siempre me he preguntado por qué tuvo que ser mi hija y por qué tuvo que morir. Ahora, puedo hacer una visita a su tumba y contarle esto".

Las ejecuciones tardaron mucho tiempo en llegar, pero eran algo esperado porque el último juicio del caso habí­a concluido y algunos de los condenados habí­an sido trasladados a otras prisiones a principios de este año. Otros seis miembros de la secta permanecen en la lista de condenados a muerte.

El ataque al metro fue el más notorio de los crí­menes de la secta, a la que se culpó de 27 muertes en total. La secta, llamada Aum Shinrikyo (Verdad Suprema), acumuló un arsenal de armas quí­micas, biológicas y convencionales para llevar a cabo las crecientes órdenes criminales de Asahara en previsión de un enfrentamiento apocalí­ptico con el gobierno.

El ataque en el metro fue el más osado. Los miembros de su secta perforaron bolsas de plástico para liberar el gas sarí­n dentro de los vagones, lo que provocó la muerte de 13 personas y causó afecciones a más de 6.000.

Fundada en 1984, la secta atrajo a muchos jóvenes, incluso a graduados de universidades de prestigio, de entre los cuales Asahara eligió a sus aliados más cercanos.

La secta afirmó que tení­a 10.000 miembros en Japón, además de otros 30.000 en Rusia. Se ha disuelto, aunque cerca de 2.000 personas continúan con sus rituales en tres grupos disidentes, los cuales son vigilados por las autoridades.

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