La arriesgada apuesta de Maduro tras el 20-M

La presión internacional para que Nicolás Maduro desistiera de realizar las elecciones presidenciales del próximo 20 de mayo ha sido contundente. Mientras la alta representante de la Unión Europea (UE) para la Política Exterior, Federica Mogherini, denunció que este proceso "no garantiza elecciones justas", la Eurocámara aprobó por amplia mayoría una resolución que exige la "suspensión inmediata" de los comicios hasta que "se reúnan las condiciones necesarias para unas elecciones creíbles, transparentes e inclusivas". En la misma línea se pronunció el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, que las tachó de "fraude" y "estafa", y el secretario general de la OEA, Luis Almagro, que incluso exigió sanciones "para acabar con una dictadura".

Pero el Presidente venezolano sigue empeñado en realizar estos comicios, en los que su triunfo parece casi asegurado luego que se encargara de excluir a los principales partidos de la oposición de la contienda. "Que nadie se confíe y crea que ya ganamos. Claro que tenemos la fuerza para ganar y vamos a ganar, pero tenemos que afinar nuestra maquinaria para garantizar los votos", pidió Maduro a sus seguidores hace una semana.

El principal rival de Maduro en estas elecciones es Henri Falcón, un exchavista que tras pasarse a las filas de la oposición, en estos comicios compite en solitario, rebelde de un sector cuya mayoría de líderes y partidos llama a la abstención. "Es importante decirle a Venezuela que Falcón no representa a la oposición venezolana", dijo a la BBC el dirigente de Primero Justicia, Juan Pablo Guanipa.

"La abstención es el enemigo a vencer de Falcón", comentó a The Associated Press el director de la encuestadora local Delphos, Félix Seijas, quien afirmó que el oficialismo ha centrado sus acciones en las últimas semanas en fomentar la desesperanza y las confrontaciones en la oposición para alimentar la corriente abstencionista. "Mientras más se abstengan los opositores, más posibilidad tiene Maduro de ganar sin hacer trampas", resaltó Jesús Seguías, presidente de Datincorp.

Una apuesta por la abstención/división de la oposición que Maduro "ya ha logrado", según explica a La Tercera Javier Corrales, cientista político del Amherst College y coautor del libro Un dragón en el trópico (2011), acerca del fallecido Presidente Hugo Chávez.

Pero para Luis Vicente León, director de la encuestadora Datanálisis, quien contempla como escenario más probable el triunfo de Maduro, "no todo termina el 20 de mayo", afirma. Si así sucede, Estados Unidos y la Unión Europea ya han dejado ver que llegarían más sanciones. Washington incluso contempla un embargo al petróleo, casi única fuente de ingresos de Venezuela.

¿Qué se puede esperar entonces de un eventual nuevo gobierno de Maduro? Para Corrales, "todo depende de cómo gane". "Si gana con amplio margen y hay paz los días siguientes, no va a cambiar nada, él seguirá en su plan de sovietizar al país. Si gana, pero es una victoria complicada, se debilitaría mucho. Ante una debilidad como ésa, Maduro va a reaccionar volviéndose también más cruel, más militarizado, más corrupto de lo que ya es. El gobierno, y por lo tanto, el país se van a militarizar/corromper todavía más si es una victoria complicada o estrecha", advierte el analista.

Para Roger Santodomingo, autor de De verde a Maduro, la biografía no autorizada del actual Presidente venezolano, la apuesta del mandatario tras las elecciones del 20 de mayo es clara. "Seguirá su trayectoria autoritaria de manera cada vez más acentuada y sin concesiones", asegura. "Los venezolanos que puedan, continuarán emigrando y los que se queden resistirán o se adaptarán a la pobreza. Su prioridad, claro, es terminar de aplastar a la oposición democrática, a sus rivales internos y afianzar una Constitución totalitaria", señala Santodomingo a La Tercera.

Lo siguiente, vaticina Santodomingo, "será negociar con las empresas chinas y rusas y cualquier otra que se atreva, para explotar al máximo los recursos naturales y, de ser posible, recuperar la producción petrolera aprovechando la tendencia alcista en los precios del crudo".

A juicio de José Vicente Carrasquero, politólogo venezolano y consultor en campañas electorales, "el proceso que Maduro llevará a cabo el 20 de mayo es el intento final de una clase política, devenida en delincuencial, de apoderarse por tiempo indefinido del poder en un país sudamericano". "La idea es una implantación tardía del modelo cubano que terminará suprimiendo las elecciones como mecanismo de cambio del sistema político", señala a este medio. "Maduro no tiene otra opción, tiene que jugársela hasta al final por su incapacidad de aceptar los salvavidas que se le ofrecen", agrega.

En cuanto al escenario que la oposición enfrentará tras elecciones, Corrales dice que "no tienen muchas opciones si se abstienen en grandes números". "La oposición está acorralada. Aún siendo mayoría en los números, su liderazgo es muy vulnerable ante la crisis económica y la persecución", complementa Santodomingo. Por su parte, Carrasquero dice que la oposición "deberá mostrar la madurez que no ha tenido hasta ahora. Para ello debe dejar de lado la reacción visceral y entrar en un proceso mucho más frío que permita avanzar firmemente al objetivo planteado".

En cuanto al futuro de Falcón, las opiniones están divididas. "Va a salir ganando, pase lo que pase. Si consigue muchos votos, suplanta a Henrique Capriles como el jefe de la oposición", opina Corrales. Para Santodomingo, "su apuesta es a que el madurismo colapsará tarde o temprano y que él será el único que el chavismo podrá aceptar y el único en situación de capitalizar la desesperación del opositor". Más lapidario, Carrasquero cree que Falcón "pasará a la historia de la política venezolana en términos deplorables". "Cualquier papel que trate de representar no gozará del apoyo popular", concluyó.