La coalición internacional contra el Estado Islámico prepara un asalto para acabar con asedio yihadista en cárcel al noroeste de Siria
Activistas informan que durante los enfrentamientos -desde hace tres días- entre las fuerzas kurdas y el EI en la provincia de Hasaka, ya han muerto 102 personas. El jueves se dio una fuga de decenas de presos de la prisión de Ghueran, en la que están encerrados unos 3.500 combatientes de la organización yihadista. Un total de 136 han sido arrestados en localidades colindantes en las últimas horas.
Fuerzas de la coalición internacional contra Estado Islámico están ultimando un asalto por tierra y aire contra el asedio yihadista a la prisión en Ghueran en la provincia Hasaka, al noreste del Siria, escenario desde hace tres días de enfrentamientos contra las fuerzas kurdas que han dejado 102 muertos, en uno de los ataques más letales de la organización terrorista desde su derrota territorial en el país hace casi tres años.
El asedio que comenzó el jueves se vio acompañado por un motín y una fuga de decenas de presos de esta cárcel, en la que están encerrados unos 3.500 combatientes de la organización yihadista, muchos de los cuales han conseguido escapar. Un total de 136 han sido arrestados en las localidades colindantes en las últimas horas, pero se desconoce el total de fugados. El personal de la cárcel estaría ahora incomunicado por el motín y se desconoce su situación.
El número total de muertos desde el comienzo de la fuga, según la red de activistas del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, es de 102, entre ellos 61 yihadistas, siete civiles y 34 miembros de las fuerzas kurdas, que componen a elementos de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) y de la llamada fuerza Asayish, una milicia del Kurdistán sirio.
El paradero de decenas de miembros de ambos bandos continúa aún siendo desconocido, por lo que el Observatorio Sirio ha estimado que el número real de víctimas mortales es mayor.
Las FDS anunciaron el 23 de marzo de 2019 la toma de la localidad de Baghuz y la caída del conocido como califato territorial de Estado Islámico, que ya no controla ninguna zona en Siria e Irak, donde fue derrotado en diciembre de 2017.
Sin embargo, el grupo ha incrementado sus ataques durante los últimos meses, especialmente en el citado triángulo entre las provincias de Alepo, Hama y Raqqa, lo que ha provocado que el Ejército de Rusia haya aumentado igualmente sus bombardeos en apoyo a las tropas gubernamentales.
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