La dura derrota de Alan García

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El líder aprista había solicitado el asilo a Uruguay argumentando "persecución política". Tras la negativa, García dijo que se pondrá a disposición de la justicia y que permanecerá en su casa.


Alan García vive días muy turbulentos en Perú, con un futuro que podría ser poco favorable para sus intenciones. Esto, después de que el gobierno de Uruguay anunciara este lunes que finalmente negó el pedido de asilo que solicitó el expresidente peruano tras refugiarse en la embajada de Montevideo en Lima, el pasado 17 de noviembre. Montevideo consideró que García, de 69 años, no es un refugiado político y que la justicia peruana funciona "autónomamente" y "libremente".

"No hemos concedido el pedido de asilo. En Perú funcionan los tres poderes del Estado, especialmente el Poder Judicial, que está llevando a cabo las investigaciones de eventuales delitos económicos (de García). Por estas consideraciones estrictamente jurídicas y legales, no concedemos el asilo político", anunció el propio Presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, en una conferencia de prensa.

El mandatario uruguayo indicó que Alan García debía retirarse "inmediatamente" de la residencia del embajador de Uruguay en Lima, Carlos Barros, una vez que sea informado de la medida. Y así lo hizo. Porque en una entrevista con Radio Programas del Perú (RPP), el canciller Néstor Popolizio confirmó que García se retiró de la residencia a primera hora de la mañana. Así, se dirigió a su residencia en Miraflores.

Horas después, Alan García respondió a través de una carta -que entregó a los medios su secretario personal- en la que señaló que "no existe ninguna delación, prueba o depósito que me vincule a ningún hecho delictivo y mucho menos con la empresa Odebrecht o la realización de algunas de sus obras".

En el texto también dijo que tras su salida de la residencia uruguaya permanecerá en su domicilio "a disposición de todas las investigaciones y convocatoria" que le hagan.

El abogado de Alan García, Erasmo Reyna, complementó esto al aclarar que el expresidente no acudirá a embajadas de otros países para pedir asilo. "Advertimos que el Ministerio Público en principio no podría legal ni constitucionalmente tomar una determinación respecto a una prisión preventiva o preliminar, porque el mismo fiscal está estableciendo actos antes de pasar a la siguiente etapa de investigación preparatoria. Por eso, esa decisión (pedir otro asilo) queda al margen del análisis", declaró Reyna a RPP.

El líder del Partido Aprista Peruano -que en las últimas elecciones de 2016 obtuvo apenas un 6% de los votos- está siendo investigado por los presuntos delitos de colusión y lavado de activos en el caso de los sobornos pagados por la constructora brasileña Odebrecht para la construcción de la Línea 1 del Metro de Lima. Por este motivo, García -que reside en Madrid desde 2016- ha testificado en varias ocasiones, pero durante su última visita a su país un juez le prohibió salir de Perú por 18 meses, medida con la que estuvo conforme en principio, aunque horas después solicitó el asilo diplomático a Uruguay bajo el argumento de que había una persecución política en su contra.

En este sentido, el canciller uruguayo, Nin Novoa, explicó que su gobierno consideró que las investigaciones contra García "no constituyen persecución política".

"Tratándose de imputaciones vinculadas mayoritariamente a hechos económicos y administrativos desarrollados durante sus dos gestiones (1985-1990 y 2006-2011) como Presidente del Perú", dijo el político uruguayo.

Al ser consultado por el diario El Comercio, el exprocurador anticorrupción, Luis Vargas Valdivia, señaló que uno de los escenarios que podría enfrentar García es que se mantenga el impedimento de salida, el fiscal continúe con las investigaciones y lo cite a declarar. La otra opción es que se solicite la detención preliminar, porque "es obvio que el expresidente ha buscado entorpecer la investigación y fugarse. Pero el problema es el plazo. Esta detención tiene un máximo de 10 a 15 días, tras lo cual el fiscal tendría que instaurar una investigación preparatoria".

Para el abogado y exministro peruano, Pedro Cateriano, la decisión de Uruguay constituye un duro golpe para el exmandatario. "Además es un mensaje positivo para la lucha contra la corrupción, no solo en Perú, sino que en América Latina". "A García lo único que le va a quedar es cooperar con la justicia. No tiene otra opción", dijo a La Tercera.

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