La opinión de los cubanos ante el nuevo escenario

Cuba
Un hombre con una polera de EE.UU., en el malecón habanero. Foto: AP

Algunos estiman que no habrá cambios en lo inmediato. Otros culpan a Trump de los problemas.


"Es positivo que el poder en Cuba se renueve con el ascenso de personas de la generación posterior a la insurrección del 59. Esperemos que con ello también rejuvenezcan algunas políticas", señala Elíecer Monte, dando cuenta del futuro inmediato que enfrenta la isla: un país al mando de una nueva generación comandada por Miguel Díaz-Canel.

Elíecer Monte es uno de los 580 mil cubanos que trabaja en el sector privado como trabajador a cuenta propia, o 'cuentapropista', como se les conoce en Cuba. Tiene un pequeño restaurante y da un apellido ficticio por temor a represalias a su negocio.

"No creo que nada vaya a cambiar con el nuevo Presidente. Aquí cualquier novedad política es lenta. Además, Raúl Castro va a seguir siendo presidente del Partido Comunista, que es el mayor órgano de poder, dos o tres años más", comenta Elíecer.

Este cubano no se considera un 'contrarrevolucionario', ni mucho menos. De hecho, apoya al gobierno y los cambios que Raúl Castro introdujo en la economía, pero cree que debería abrirse todavía más el sector privado, para seguir la senda del comunismo "a la china".

"Aquí han paralizado las licencias de negocios privados. Además, tú no puedes hacer más dinero del que el gobierno cree aceptable. Yo ando con un auto Lada. Aunque tuviese dinero para comprar un carro nuevo, no podría comprarlo. Si me ven en un automóvil mejor, es posible que me cierren el negocio con cualquier excusa, porque estoy haciendo demasiado dinero", comenta el empresario.

El joven conductor Ramón Gaitán, que se dedica a llevar a turistas a las principales ciudades del país, cree que el cambio será positivo: "Está bien que se renueve la Presidencia, pero con gente que no abandone los valores de la revolución. El comunismo no se discute en Cuba. Mire usted cómo están los países de nuestro alrededor, como Haití, donde el capitalismo ha creado una pobreza galopante", dice, mientras carga su automóvil.

Cree, eso sí, que Cuba se encuentra inmersa en una crisis de valores: "El nuevo Presidente debiera ocuparse, más que en mirar a Estados Unidos, o en nuevas políticas económicas, en la actitud de los jóvenes. Aquí se han perdido las buenas costumbres. Ahora cualquiera le habla mal a un padre, a un profesor. Los estudiantes han abandonado la salsa por el regaetón, que me parece obsceno. Antes te enfadabas con un amigo, te ibas a golpes y después a tomar un ron. Ahora hay gente que se pelea a la brava, con armas", señala.

Orlando Concepción es uno de los pasajeros que hoy viajará con Eliécer a Camagüey. Es uno de los miles de cubanos que vive en el extranjero. Río de Janeiro, en Brasil, es su nuevo hogar. Se desplaza a Cuba durante dos meses al año, para ver a su familia, pero dice que no quiere volver. Le va bien en Brasil trabajando como recepcionista en una clínica de oftalmología.

"Aquí no hay nada que hacer ya. La Revolución fue un éxito para la historia del país, pero se ha quedado anquilosada. Uno no puede avanzar. Sea por el bloqueo de EE.UU. o por lo que sea", lamenta.

Concepción no cree que el nuevo Presidente pueda mejorar la situación: "Mire usted, me muerdo la lengua, pero no creo que un nuevo gobierno pueda mejorar al país. Menos con Donald Trump, un loco, en la Presidencia de EE.UU. Cualquier aspiración reformista que pudiera tener Raúl Castro o quien sea el nuevo líder del Consejo de Estado, va a quedar paralizada hasta que el multimillonario ese siga en la Casa Blanca, amenazando con más bloqueo".

Da, eso sí, su opinión sobre qué podría mejorar: "Lo principal es que haya más medios de comunicación, porque eso quiere decir que el gobierno es capaz de aceptar críticas, que siempre es bueno. Uno no puede mejorar si no reconoce lo que hace mal".

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