La tormenta permanente de Trump en EE.UU.

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Neil Cousin, un activista estadounidense que a diario se instala frente a la Casa Blanca.

Aunque el Presidente sigue siendo una figura impopular y poco querida en las calles en Washington DC, por una serie de escándalos que complican día a día su gestión, nada pareciera encender las alarmas. Eso sí, todo podría cambiar tras las legislativas de noviembre.


"El Presidente Trump no tiene idea de lo que está haciendo, para él poseer un arma es algo normal, engañar a su familia es aceptado y mentirle a un país también. Pero nada de lo que dice tiene sentido, no hace un trabajo honesto", dice molesto a La Tercera Neil Cousin, un activista de 45 años que a diario se instala frente a la Casa Blanca y, rodeado de decenas de turistas, levanta algo similar a una tienda de campaña, en la que cuelga una serie de afiches criticando varias de las medidas que en este casi año y medio ha adoptado el Mandatario republicano.

"No a las armas nucleares", "se busca sabiduría y honestidad", "regulación de armas" y "deja de matar a los palestinos", son solo algunas de las consignas, que a juicio de este ciudadano representan a un gran número de norteamericanos. "Hay muchas crisis causadas por Trump, hay muchas investigaciones en su contra, pero nada logrará sacarlo", agregó Cousin mientras observa la sede de gobierno.

Tal como advierte este ciudadano y la prensa estadounidense, la administración de Donald Trump enfrenta una tormenta permanente en medio de una serie de cabos sueltos que por estos días complican su gestión, desde la trama rusa al pago a una actriz porno a través de su abogado.

Mientras en el programa "The News Room", de la cadena CNN, se desmenuzan atentamente los últimos acontecimientos del escándalo entre el Presidente y la actriz porno Stormy Daniels, que en las últimas semanas ha sido testigo de un espiral de contracciones que envuelven al Mandatario por el pago de US$ 130.000 a cambio del silencio de la involucrada tras sostener una relación extramarital, en las transmisiones matinales de Fox y NBC las temáticas no dejan de centrarse de manera seria o irónicamente, durante algunos minutos, en algún otro caso que complica al líder republicano.

Pero pese a que otros medios, como el diario The New York Times o The Washington Post, insisten en develar cada detalle de los escándalos protagonizados por Trump, nada parece encender las alarmas en la capital estadounidense. Al menos en apariencia. Así, hasta ahora, el gobierno ha logrado mantenerse con la frente en alto.

"Es pura política para tener a la gente hablando de algo. Ese hombre (Trump) va a gobernar ocho años, todo el mundo lo sabe", comenta a La Tercera Roque Salinas, un ciudadano mexicano que hace 30 años encontró en Washington D.C. una ciudad de oportunidades para empezar de cero. Según este conductor de Uber, el poder del Presidente impide que sea sancionado o removido. "Siempre ha habido más dinero en el país con los republicanos, y si lo juzgan viene la crisis. Todos los inversionistas sacarán su dinero y la economía se vendrá abajo", indicó.

El análisis de Salinas no dista mucho de la realidad. Según el promedio de las encuestas que se realizan a diario en el sitio The Real Clear Politics, el Mandatario mantiene una aprobación de 41%, lo que en Estados Unidos no es para nada una mala noticia.

Las amenazas del fiscal especial, Robert Mueller, de citar a declarar a Trump por la eventual injerencia de Rusia en las elecciones presidenciales de 2016, tampoco parecen atemorizar al Mandatario ni a su equipo, que hasta ahora se ha preocupado de blindarlo, pese a que suele ocurrir que el Presidente pulverice una declaración de su staff con un solo tuit.

Pero ni los escándalos ni la lluvia de críticas, tras la decisión de abandonar el acuerdo nuclear con Irán y abrir la embajada en Jerusalén, logran que todos vean como negativo el futuro político de Trump. "No me importa, yo hago mi trabajo y mientras el país funcione no tengo nada que decir", advierte Bob, un hombre que con una máscara de Trump baila en las calles de la capital para ganar dinero, oficio que por lo demás es celebrado por los transeúntes que a ratos forman multitudes a su alrededor para sacarse una fotografía con el doble del Mandatario, quien a simple vista pareciera no ser precisamente uno de los más queridos de la ciudad.

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