Los otros goles del deporte como arma diplomática

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El caso de Corea del Norte es una muestra más de cómo el juego se usa para calmar tensiones políticas.


Sobre la pista, las dos Coreas marchan sosteniendo la bandera de la unificación en los Juegos Olímpicos de Pyeongchang. En la tribuna de autoridades están presentes Kim Yo-jong, hermana del líder norcoreano Kim Jong Un, y el Presidente surcoreano, Moon Jae-in. Juntos saludan con entusiasmo y dan el pie para que las relaciones entren en una nueva fase.

El deporte marcó uno de los primeros acercamientos en años y ha sido un factor importante de diplomacia entre ambas naciones. De hecho, un grupo de altos cargos de Seúl viajaron el lunes a Corea del Norte. La visita dejó saldo positivo, ya que, según anunció Seúl, Kim Jong Un está dispuesto a abrir un diálogo con Estados Unidos y renunciar a su programa nuclear siempre y cuando se asegure la permanencia del régimen. Además, se acordó celebrar una cumbre en abril con la presencia de los líderes de ambas Coreas.

Este hecho era impensado meses atrás. El deporte es un medio de influencia en la sociedad y se ha transformado en un instrumento político de acercamiento y resolución de conflictos.

Recordada es la "diplomacia del ping-pong" entre Estados Unidos y China. En plena Guerra Fría la comunicación estaba cortada. En 1971 una delegación de tenis de mesa estadounidense fue invitada a la China comunista de Mao Zedong. Esta visita marcó el deshielo entre ambas potencias. De hecho, un año después Richard Nixon visitó China.

India y Pakistán viven un conflicto histórico por Cachemira. Es de carácter intermitente y el cricket ha jugado un rol importante para lograr acercamientos. En 2005, ambos líderes vieron un partido juntos y declararon que el proceso de paz era un hecho. Las relaciones, sin embargo, se volvieron a tensionar después.

Otro hecho histórico fue la unión del pueblo sudafricano en el marco del Mundial de Rugby 1995. Nelson Mandela usó esta cita para bajar las tensiones en torno al apartheid. Le resultó y el país se unió para vibrar con el título de los Springboks. Esto fue plasmado en el filme de Clint Eastwood, Invictus. En 2001, las FARC prometieron tregua durante la Copa América de Colombia y cumplieron. Por temor, eso sí, Argentina y Canadá no se presentaron. Poco después del título conquistado por la selección de Pacho Maturana, la guerrilla colombiana retomó sus armas.

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