Los venezolanos creen vivir en el país más peligroso

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Operativo de las FF.AA. en el sector de Petare, en Miranda, en mayo de 2013. Foto: EFE

Un estudio de Gallup sitúa a Venezuela en último lugar por detrás de Afganistán en seguridad ciudadana.


Los venezolanos perciben vivir en el país más peligroso del mundo. Esta es la principal conclusión del estudio sobre percepción ciudadana que elabora anualmente la firma estadounidense Gallup. Al desastre económico del régimen de Nicolás Maduro se suman desde hace años unas estadísticas más propias de un territorio en conflicto. En 2017 hubo casi 27.000 asesinatos, de los que más de 5.000 se produjeron por resistencia a las fuerzas de seguridad, y el 20% de la población fue víctima de la delincuencia, según el Observatorio Venezolano de Violencia. Gallup sitúa al país al final de los índices de seguridad incluso por detrás de Afganistán, que vive una precaria posguerra y que el año pasado registró el peor dato de víctimas civiles en atentados, según Naciones Unidas.

Solo el 17% de los venezolanos creen que pueden salir solos por la noche sin correr riesgos, frente al 20% de los afganos, al 40% de los mexicanos, el 42% de los colombianos y al 93% de los noruegos. Esa impresión ha empeorado radicalmente en la última década. En 2007, el 44% de los ciudadanos compartían esa sensación.

El porcentaje de quienes confían en las fuerzas de seguridad, la Policía o la Guardia Nacional Bolivariana, es del 24%, cuando la media de América Latina es del 42% y la europea del 80%. Estas cifras se enmarcan en un contexto en el que los casos de microcorrupción o extorsión, alimentados por una hiperinflación insoportable, y el hostigamiento a los críticos con el chavismo se han convertido en una rutina.

Hay más datos que dibujan un panorama desalentador. El 42% sufrió un robo en los últimos 12 meses, un índice solo superado en este caso por Afganistán, Uganda y Sudán, y un 23% una agresión.

El informe de Gallup, conocido este jueves, se elabora a partir de una encuesta realizada en 140 países (entre los que no figura, por ejemplo, Siria). La lista está encabezada por Singapur, Noruega e Islandia, mientras que Venezuela, que afronta una crisis sin precedentes, vuelve a cerrarla, por debajo de Afganistán, Sudán, Gabón y Liberia.

México es el segundo país latinoamericano de esta clasificación. Le siguen República Dominicana, Bolivia, Argentina, Perú, Brasil y Colombia, que acaba de salir de un conflicto armado de más de medio siglo con las FARC pero sobre todo en las zonas rurales sigue sufriendo la violencia de disidencias, grupos insurgentes menores y carteles de narcotraficantes.

La desmovilización de la guerrilla ha generado un vacío de poder en algunos territorios que durante décadas estuvieron bajo su influencia y que ahora se han convertido en un objetivo de las mafias. Eso puede haber contribuido a aumentar la percepción de inseguridad, aunque los hechos, como señala el último estudio de la Fundación Paz y Reconciliación, demuestran que desde la firma de los acuerdos, en noviembre de 2016, han disminuido los asesinatos y los desplazamientos.

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