May se aferra a su plan sobre el Brexit y se agudiza crisis interna

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La premier británica, Theresa May, responde preguntas de periodistas, hoy en Downing Street.

El gobierno de la primera ministra británica sufrió hoy dos renuncias por el pacto del Brexit acordado con la UE. En el Parlamento aumentan las voces para que se presente un voto de confianza contra la premier.


Un día después de anunciar con cierto alivio que el gabinete había dado luz verde al "proyecto de acuerdo" entre Reino Unido y la Unión Europea sobre el Brexit, la primera ministra Theresa May enfrentó hoy una rebelión luego de la renuncia de dos ministros y de la amenaza que se llame a un voto de confianza, que podría terminar en su salida.

Pese a ello, en una conferencia de prensa se aferró hoy al acuerdo -que despierta más rechazo que aprobación- calificándolo como "lo correcto" para el país y prometió quedarse en el puesto para ver que sus planes respecto del Brexit se concreten. "Ustedes pueden recordar que uno de mis héroes del criquet ha sido siempre Geoffrey Boycott y ¿qué saben de él? ¡Que corría hasta el final!", dijo la premier, haciendo una comparación con su deporte favorito.

Con respecto a las cada vez más numerosas voces que piden una nueva consulta popular reafirmó que no convocará un segundo referéndum sobre el Brexit. "El liderazgo consiste en tomar las decisiones correctas, no las decisiones fáciles", subrayó.

La jornada de hoy se inició con la renuncia del ministro para la salida de la Unión Europea, Dominic Raab, a la que le siguió la de la titular de Trabajo y Pensiones, Esther McVey, junto con la de otros miembros de rango menor. Esto fue interpretado por los analistas como un gesto político más que ideológico.

Mientras, en la Cámara de los Comunes se desarrolló un fuerte debate en el que tanto partidarios como detractores del Brexit condenaron el texto aprobado por el ejecutivo el miércoles, y un diputado pidió un voto de censura del Partido Conservador desafiando el liderazgo de May. "Lamentablemente, el proyecto de acuerdo de salida presentado al Parlamento ha resultado ser peor de lo que anticipábamos y no cumple con las promesas que se hicieron a la nación", escribió el conservador euroescéptico Jacob Rees-Mogg, líder del grupo probrexit European Research Group, que cuenta con el apoyo de decenas de diputados.

Para iniciar el voto de censura se necesita que al menos 48 legisladores de la formación de May escriban peticiones similares. Otros lo hicieron ya y la prensa británica especulaba con la posibilidad de que se alcanzase rápidamente ese número.

El acuerdo conseguido con la UE también enfureció a los miembros pro-Brexit del Partido Conservador de May. Estiman que el arreglo, que incluye una relación comercial estrecha entre el país y Bruselas, convertiría a Londres en un vasallo de la burocracia continental, vinculado a unas normas comunitarias sobre las que no tendrá poder de decisión.

El 55% de los británicos apoya convocar un nuevo referéndum sobre el Brexit y el 54% está ahora en contra de abandonar la UE, según una encuesta divulgada por la cadena Sky News.

Así, el gobierno de May corre contrarreloj para conseguir que se apruebe el acuerdo y así cumplir con el calendario previsto, en el que el 29 de marzo de 2019 se debe concretar la salida de Reino Unido de la Unión Europa, algo que ahora está en la nebulosa.

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