Papa Francisco pide por la superación de “las recientes tensiones sociales en Chile” en bendición Urbi et Orbi de Navidad

Foto: Reuters

El Pontífice incluyó menciones a nuestro país y a Venezuela en su intervención, donde además pidió que esté garantizado el acceso universal para la vacuna del Covid-19.


Fue un mensaje entregado de una forma especial, en línea con las particularidades que ha tenido este 2020. A diferencia de la tradicional intervención desde el balcón de la basílica que da a la plaza de San Pedro en el Vaticano, el Papa Francisco entregó este viernes su bendición Urbi et Orbi desde una sala al interior del Palacio Apostólico, con el fin de evitar aglomeraciones en momentos en que tanto Italia como Europa han endurecido nuevamente las restricciones ante el rebrote de la pandemia del Covid-19.

Justamente, el coronavirus fue uno de los temas centrales del mensaje del Pontífice, quien remarcó la relevancia de que las vacunas que empiezan a aprobarse estén disponibles de forma universal y para todos los países y personas, sin importar su situación socioeconómica.

“Hoy, en este tiempo de oscuridad e incertezas por la pandemia, aparecen diversas luces de esperanza, como el descubrimiento de las vacunas, pero para que puedan iluminar al mundo entero deben estar a disposición de todos”, planteó Francisco.

“Pido a todos, responsables del Estado, empresas, organismos internacionales, promover la colaboración y no la competencia, y buscar una solución para todos, vacunas para todos, especialmente para los más vulnerables y necesitados de todas las regiones del planeta”, agregó.

El Papa pidió que “todos tengan garantizado el acceso a las vacunas y los tratamientos”, añadiendo que “ante un desafío que no conoce fronteras, no se pueden erigir barreras: estamos todos en la misma barca”.

Las menciones a Latinoamérica

En su recuento del escenario de 2020, Francisco repasó diversos conflictos y problemas alrededor del mundo, y en el caso de América Latina, dedicó una mención especial a Chile y Venezuela.

“Que la palabra eterna del Padre sea fuente de esperanza para el continente americano, particularmente afectado por el coronavirus, que ha exacerbado los numerosos sentimientos que lo oprimen, a menudo agravados por las consecuencias de la corrupción y el narcotráfico. Que ayude a superar las recientes tensiones sociales en Chile y a poner fin al sufrimiento del pueblo venezolano”, afirmó.

Además, tuvo una preocupación específica por los conflictos armados e internos en curso, mandando buenos deseos a Siria, Irak y Yemen, así como a Libia y Líbano, la región del Alto Karabaj y zonas de Ucrania.

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