Premier británica logra un respiro tras apoyo de gabinete a plan para el Brexit

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Manifestantes contrarios al Brexit protestan, ayer, contra la salida de Reino Unido de la UE en las afueras del Parlamento británico en Londres.

Theresa May consiguió ayer el respaldo de sus ministros al proyecto de acuerdo tras cinco horas de reunión. Se espera que la primera ministra lo presente hoy al Parlamento, aunque ya tiene detractores.


Luego de más de cinco horas de un apasionado debate, la primera ministra británica, Theresa May, consiguió ayer que el gabinete diera luz verde al "proyecto de acuerdo" sobre el Brexit -alcanzado el martes entre Reino Unido y la Unión Europea- que establece cómo funcionará el divorcio y cómo será la relación entre ambas partes tras la separación. El paso era un prerrequisito clave para conseguir un pacto final antes de fin de año.

La premier realizó una declaración anoche en la que dio a conocer la noticia del respaldo que le dio su gabinete. "Es lo mejor que se podía negociar", dijo una aliviada May. "Esta es una etapa decisiva que nos permite seguir adelante y finalizar el acuerdo en los próximos días. Aquí se trata de que no tengamos acuerdo o que no tengamos Brexit", agregó.

Pese al alivio de ayer, la batalla no estaba ganada. Es más, la BBC señaló que nueve de los 22 ministros criticaron el acuerdo. Y, anoche, la periodista del diario Financial Times, Laura Hughes, dijo que dos de ellos querían renunciar.

El proyecto de acuerdo debe ser presentado hoy ante la Cámara de los Comunes y ya se vaticinaba que se viene un duro debate por delante. Si el pacto es aprobado, Bruselas debería fijar una fecha para dar su opinión. Se estima que será el 28 de noviembre.

Según el diario The Guardian, anoche comenzó a rondar el rumor en Westminster de que algunos parlamentarios conservadores a favor del Brexit podrían presentar un voto de confianza hoy contra May. Si consiguen 48 peticiones se tiene que anunciar el voto de confianza.

La prensa especulaba ayer que la matemática para lograr ese respaldo estaba complicada. El norirlandés Partido Unionista Democrático (DUP), cuyos 10 escaños le dan los Conservadores una mayoría en el Parlamento, ya ha criticado el pacto y lo ha descrito como un "golpe de castigo". Justamente es la frontera entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda lo que ha provocado más controversia.

El proyecto de acuerdo, divulgado ayer tras el anuncio de May, menciona una solución técnica denominada de manera coloquial como backstop o "red de seguridad" al problema de la frontera entre las Irlandas. Ésta consiste en mantener al conjunto de Reino Unido en una unión aduanera con la Unión Europea, y además a Irlanda del Norte regida por las regulaciones del mercado único europeo, mientras no se encuentre una solución mejor. La idea es evitar una frontera dura entre Reino Unido e Irlanda.

Sin embargo, los euroescépticos británicos califican esto como un intento de obligar a todo Reino Unido a permanecer ligado a la UE durante muchos años.

En este sentido, el negociador jefe de la Unión Europea para el Brexit, Michel Barnier, aseguró ayer que habían alcanzado un acuerdo para evitar una frontera "dura" entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte.

La cadena BBC explicó que algunos productos que crucen la frontera sí deberán pasar por revisiones. Algo que ha provocado controversia.

Según la prensa británica, en Londres el ambiente era más bien de enojo. El líder del euroescéptico UKIP, Gerard Batten, señaló que la "verdadera lucha por salirse de la Unión Europea comienza ahora".

Mientras que la para la ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, la declaración de May muestra que "apenas pudo unir a su gabinete".

Entre los "tories" partidarios de un Brexit duro, el tratado que espera formalizar May no es aceptable, porque consideran que puede obligar al Reino Unido a seguir las normas comunitarias sin poder influir en ellas durante varios años. La diputada "tory" Nadine Dorries afirmó, tras conocer la decisión del gabinete, que esta es "la ruta más rápida para unas primarias" en la formación.

Reino Unido debe abandonar la UE el 29 de marzo próximo, es por eso que las negociaciones están contra el tiempo. Los británicos aprobaron la salida del bloque en 2016 en un referendo con 51,9% votos a favor y 48,1% en contra.

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