Protestas de los "chalecos amarillos" se expanden más allá de Francia

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"Chalecos amarillos", protestan en Lisboa, Portugal. Foto: Reuters

Las manifestaciones de "indignados" han tenido lugar en Bélgica, Portugal, Alemania, Canadá e incluso en Irak.


Pese a las concesiones y ciertos acuerdos con el gobierno de Emmanuel Macron, los "chalecos amarillos" llevarán a cabo este sábado una nueva jornada de protesta, por sexta semana consecutiva. Pese a los festejos navideños, el movimiento que ha puesto contra las cuerdas al Presidente francés, ha coordinado acciones a través de Facebook, en un intento por sumar más adeptos: si el 8 de diciembre reunieron a 136 mil personas, a la última protesta se sumaron 66 mil.

Pero mientras los manifestantes franceses intentan rearticularse, sus masivas protestas y en especial, sus chalecos amarillos, han logrado contagiar a "indignados" en otros países europeos, pero también en naciones tan lejanas como Canadá e Irak.

La exportación de la causa de los "chalecos amarillos" aterrizó en Portugal con un por ahora modesto número de miembros que reclaman por mejoras salariales, reducción del horario escolar y disminución del precio de la gasolina, entre otras cosas.

Bajo la consigna "vamos a parar Portugal", esta versión de los "chalecos amarillos" es una combinación de peticiones de un grupo que se define como "pacífico apartidista", en apoyo a todos los movimientos que estén descontentos con varios problemas.

Pese a todo, las protestas de esta semana tuvieron un bajo impacto en Portugal, donde la jornada de este viernes transcurrió sin mayores incidentes, salvo cuatro detenidos, por intentar detener el tráfico. Los temores de que el grupo bloqueara los accesos a grandes ciudades, llevaron a que un dispositivo de seguridad de 20.000 efectivos resguardara las calles. Sin embargo, a pesar de la convocatoria a 25 movilizaciones en 17 ciudades, el llamado no tuvo muy buenos resultados, al igual como sucedió últimamente en París.

"En Francia el asunto se le escapó de las manos a Macron, porque en un inicio se pensó que era exclusivamente por el alza del precio de los combustibles. Sin embargo, el problema fue aumentando como bola de nieve porque la cantidad de impuestos que paga la clase media y pobre es altísimo, mientras que los salarios se mantienen iguales", dijo a La Tercera el experto en relaciones internacionales de La Sorbonne, Diego Ramírez de Arellano.

Otras réplicas

Pero el descontento no terminó ahí, porque las manifestaciones de los "chalecos amarillos" también aparecieron en Bélgica. En un encuentro del fin de semana, 500 personas salieron a las calles de Bruselas y 60 fueron detenidas en el marco de violentas protestas contra los impuestos, pero también por los precios de combustibles y para exigir la dimisión del gobierno. De acuerdo con la prensa belga, entre los asistentes figuraron miembros del movimiento de extrema derecha "Nation".

A pesar de su desarrollo a mucha menor escala en comparación a lo sucedido en Francia, en varias ciudades de Alemania han surgido también protestas con el uso de chalecos amarillos que están asociadas a grupos de derecha.

La manifestación más emblemática tuvo lugar el pasado 1 de diciembre en la Puerta de Brandeburgo en Berlín, donde centenares de personas marcharon contra el Pacto Migratorio de Naciones Unidas y también para exigir la salida de Angela Merkel y su gobierno.

Afectada por los bloqueos fronterizos provocados a raíz de las acciones de los "chalecos franceses", el "movimiento" también ha seducido a algunos en España.

En este caso, nuevamente las redes sociales han hecho lo suyo, motivando manifestaciones en el centro de Madrid. La mayoría de los activistas representan demandas de desempleados, agricultores y trabajadores de la industria que acusan pérdida de poder adquisitivo e incluso taxistas. Es decir, todos aquellos insatisfechos con el deterioro de las condiciones de vida.

"Lo que sucedió en España es relativo porque se convocó a una manifestación con las premisas de los 'chalecos amarillos', y en realidad era un intento de la captación del símbolo por parte de un movimiento de extrema derecha", comentó a La Tercera el columnista de El País, Jorge Galindo.

Sobre esto, el experto agregó que "de todo lo que ha pasado fuera de Francia con respecto al grupo, la más llamativa fue la expansión a Bélgica y concretamente a Bruselas, con demandas más amplias y que hablan de desigualdades estructurales", indicó.

Pero la imitación del "modelo" de los "chalecos amarillos" también se ha extendido más allá de las fronteras del Viejo Continente. Así, en la ciudad iraquí de Basora -que ha sido escenario de encendidas protestas desde hace un tiempo- los manifestantes que se han rebelado contra la corrupción, el deterioro de los servicios municipales y la falta de perspectivas laborales, incorporaron los chalecos amarillos a su causa.

Lo mismo ocurrió en Canadá, donde indignados con las políticas impulsadas por Justin Trudeau se pusieron sus chalecos amarillos al estilo de los franceses, el pasado 15 de diciembre. Las políticas de inmigración e impuestos fueron las principales demandas, mientras que en algunas ciudades agregaron quejas específicas a cada región.

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