Republicanos van por nueva victoria electoral, pese a polémicas de Trump

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Imágenes de logos dispuestos en una conferencia para prevenir ataques electorales en las legislativas.

A tres meses de las elecciones de medio término, el partido oficialista corre con ventaja, según los sondeos. En noviembre, los estadounidenses deberán renovarla totalidad de la Cámara Baja y un tercio del Senado.


Faltan menos de 90 días para una de las batallas políticas más importantes de Estados Unidos, después de los comicios presidenciales: las elecciones de medio término, las que serán un termómetro del actual gobierno de Donald Trump en ese país. El 6 de noviembre se renovarán los 435 escaños de la Cámara de Representantes por dos años, y un tercio (35 escaños de 100) del Senado norteamericano por seis años.

Tras el golpe de 2016 los demócratas están comprometidos en una dura pelea, luego que los republicanos no solo ganaran la Casa Blanca con Trump, sino que también obtuvieran la mayoría en ambas Cámaras.

Sin embargo, algunos sondeos, como los del portal Real Clear Politics, revelan que el Partido Republicano mantiene una importante ventaja en la carrera electoral de cara a noviembre.

En el Senado, donde los demócratas defienden 23 escaños, además de otros dos ocupados actualmente por independientes cercanos a esa colectividad, los sondeos aseguran 48 puestos para los republicanos y 45 para los demócratas, aunque aún faltan siete bancas por definir. De éstas, tres se inclinan por el partido oficialista y dos por la oposición.

En el caso de la Cámara de Representantes, los demócratas tendrían asegurados 199 escaños, mientras que los republicanos, 196. Pero todavía hay 40 curules en disputa y en 37 de ellos los sondeos le dan una leve ventaja a la tienda oficialista.

A simple vista, pareciera que ninguno de los escándalos que ha perseguido a Trump desde su llegada a la Casa Blanca ha impactado en la decisión de los votantes. Ni las disputas generadas en torno al caso de la actriz porno Stormy Daniels, ni el destape de información realizado en su libro por el exdirector del FBI, James Comey, ni las investigaciones sobre Michael Cohen, el exabogado del mandatario, y menos la supuesta injerencia rusa en las elecciones de 2016, parecen amenazar el triunfo republicano.

Para Peter Brown, director asistente del centro de encuestas de Quinnipiac, ese tipo de problemas son secundarios a la economía. "Históricamente, a un partido presidencial le va bien cuando la economía es buena y actualmente, la economía de EE.UU. es muy buena", dijo Brown a La Tercera.

Temprano para apuestas

En algunos casos, las lealtades partidistas han demostrado ser difíciles de erosionar en EE.UU. Tanto así, que el mismo Trump en enero de 2016, cuando era uno de los favoritos para llegar a la Casa Blanca, en una muestra de confianza a su base de apoyo dijo: "Podría dispararle a alguien y no perdería ningún votante".

Con todo, los expertos llaman a la calma, asegurando que todavía es muy temprano para hacer predicciones acertadas. De hecho, insisten en que los demócratas también tienen grandes chances en estas elecciones.

"Es temprano y muchos votantes todavía no están prestando mucha atención", explicó a La Tercera el analista estadounidense John Zogby, quien agregó: "Para ser justos, hasta ahora los demócratas han ganado siete elecciones especiales a la Cámara, una en el Senado y varias a nivel local. Pero tengo dudas sobre si pueden mantener el entusiasmo".

Por su parte, Michael Cornfield, politólogo de la Universidad George Washington, pone paños fríos acotando que en la historia política de EE.UU. el partido oficialista a menudo pierde escaños en la primera elección de medio término, después de que un nuevo Presidente asume el cargo. "La mayoría de los observadores cercanos e imparciales como yo, piensa que el Senado podría ir en cualquier dirección y que los demócratas serían favoritos para ganar en la Cámara", concluyó.

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