Se registran enfrentamientos entre activistas prodemocracia y la policía afuera del parlamento de Hong Kong

Foto: AFP

Hacia el mediodía, las fuerzas de seguridad dispersaron con disparos de proyectiles de gas pimienta a un centenar de activistas que gritaban consignas en un barrio comercial del centro de la región administrativa.


Un fuerte dispositivo policial, desplegado en torno al parlamento de Hong Kong, impidió que los activistas prodemocracia pudieran manifestar contra el examen de un proyecto de ley que tipifica como delito cualquier ultraje al himno nacional chino.

Hacia el mediodía, la policía disperso con disparos de proyectiles de gas pimienta a un centenar de activistas que gritaban consignas en un barrio comercial del centro de Hong Kong.

El debate en el Consejo Legislativo (Legco) de este proyecto de ley, acusado por el movimiento prodemocracia de atentar contra la libertad de expresión, tiene lugar tras la decisión de China de imponer a la región una ley sobre la seguridad nacional.

Este anuncio fue hecho el viernes por Beijing después de meses de manifestaciones monstruosas y a veces violentas en el territorio semiautónomo.

El movimiento prodemocracia pidió una amplia movilización el miércoles, día del debate del proyecto de ley que pretende castiga hasta con tres años de cárcel cualquier ofensa al himno nacional chino.

Toque de queda

La policía colocó barreras alrededor del edificio y desplegó importantes recursos humanos.

Algunos centenares de manifestantes se reunieron brevemente durante la pausa del almuerzo en los barrios de Causeway Bay y Central, antes de ser dispersados por disparos de gas pimienta irritante.

“Ahora es como si, de hecho, hubiera un toque de queda”, dijo a la AFP, Nathan Law, una figura del movimiento por la democracia.

En virtud del principio “un país, dos sistemas”, Hong Kong disfruta desde su devolución a China en 1997 y hasta 2047 de ciertos derechos desconocidos en otras partes de China, en particular la libertad de expresión y un sistema judicial independiente.

Esta disposición ha contribuido a hacer de la excolonia británica un importante centro financiero internacional, que ofrece a China una puerta de entrada económica al mundo.

El presidente estadounidense, Donald Trump, ya advirtió a Beijing que Hong Kong perdería su estatus económico especial.

China está particularmente enojada con los hongkoneses, especialmente con los aficionados al fútbol, que abuchean el himno nacional para expresar su cólera hacia China.

Los diputados prodemocracia, que no poseen la mayoría en el parlamento, una institución parcialmente elegida por sufragio universal, han obstruido durante meses la votación de este texto.

A principios de mayo, los representantes electos pro-Beijing tomaron el control del Comité de la Cámara, encargado de revisar los proyectos de ley antes de que fueran examinados.

Los opositores calificaron este acto de inconstitucional.

Una segunda lectura del texto se incluyó en el menú del miércoles, una tercera se celebrará la próxima semana, después de la cual este proyecto se convertirá en una ley si es aprobado.

Para los activistas a favor de la democracia, las manifestaciones son el único medio de hacer oír su voz en una ciudad sin verdadero sufragio universal.

La semana pasada, Pekín tomó la decisión de imponer una ley de seguridad para prohibir el terrorismo, la secesión, la subversión y la injerencia extranjera.

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