Theresa May acusa al gobierno británico de amenazar la “integridad del Reino Unido”

Foto: AFP/Archivo

La exprimera ministra que dirigió el gobierno de 2016 a mediados de 2019, en plena negociaciones del Brexit, advirtió que no votaría por el texto propuesto por su sucesor Boris Johnson, ya que “comporta daños incalculables para la reputación del Reino Unido” y lo recriminó por poner en peligro la paz en Irlanda del Norte


La diputada y ex primera ministra británica Theresa May acusó este lunes al actual gobierno de poner en peligro la paz en Irlanda del Norte, amenazando así “la integridad del Reino Unido”, con su proyecto de ley que modifica en parte el acuerdo del Brexit.

May, que dirigió el gobierno de 2016 a mediados de 2019, en plena negociaciones del Brexit, advirtió que no votaría por el texto propuesto por su sucesor Boris Johnson, ya que “comporta daños incalculables para la reputación del Reino Unido”.

“Lejos de actuar para reforzar la integridad del Reino Unido aparentando ser duro con la UE, el gobierno pone en peligro la integridad del Reino Unido”, estimó la ex primera ministra, y calificó esta actitud de “imprudente y e irresponsable”.

Londres provocó el enfado de los europeos al presentar un proyecto de ley, actualmente debatido en el Parlamento, que revisa parcialmente el acuerdo firmado en enero con los 27 para regular su salida de la Unión Europea, lo que equivale a una violación del derecho internacional, según admitió el gobierno.

El texto contradice, en particular, disposiciones especiales tomadas para Irlanda del Norte, con el objetivo de evitar un restablecimiento de una frontera con la República de Irlanda que podría debilitar el acuerdo de paz de 1998 que había puesto fin a tres décadas de violencia.

“La voluntad del gobierno de abandonar unilateralmente un acuerdo internacional que firmó lleva a cuestionar su voluntad de respetar plenamente al Acuerdo del Viernes Santo”, criticó en una sesión en el Parlamento Theresa May, que había dimitido después de que ella misma se enfrentará a la espinosa cuestión de Irlanda del Norte.

Según May, este giro podría provocar que “algunas comunidades estén menos dispuestas a confiar en el gobierno británico” y, en especial, afectar “la voluntad de los habitantes de Irlanda del Norte de continuar formando parte del Reino Unido”.

Muy discutido en el seno de la mayoría conservadora, este proyecto de ley, que confiere al Reino Unido el poder -supuestamente compartido con los europeos- de tomar ciertas decisiones en Irlanda del Norte, recibió sin embargo la aprobación inicial de los diputados la semana pasada. Theresa May se abstuvo.

Los diputados votarán de nuevo el proyecto la próxima semana.

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