Theresa May sufre duro revés y aplaza votación sobre el Brexit

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Manifestantes a favor de la realización de un segundo referendo, una posibilidad lejana por ahora, protestan fuera del Parlamento.

La primera ministra británica admitió que si se llevaba a cabo la votación de este martes sufriría una derrota. Uno de los puntos que despierta más preocupación es la cláusula que permite que no haya frontera en Irlanda.


En un intento por salvar el acuerdo del Brexit y evitar una dura derrota, la primera ministra británica Theresa May, decidió aplazar el voto crucial que se iba a llevar a cabo este martes en el Parlamento. "El acuerdo habría sido rechazado por un margen significativo, por lo tanto aplazaremos la votación prevista para mañana", admitió May ante la Cámara de los Comunes.

Así, luego de su comparecencia y de los descargos de los políticos de distintos partidos, la incertidumbre volvió a posarse sobre Reino Unido, ya que la premier no dejó claro cuándo se realizaría la votación, aunque se estima que puede ser el 21 de enero. Tampoco existe claridad sobre lo que se ganará con este aplazamiento.

De hecho, tras el anuncio de May, la libra esterlina bajó un 1,75% frente al dólar y un 1,45% respecto al euro, mientras que la agrupación británica de empresarios CBI alertó de que se puede abrir una "crisis nacional" si no se aprueba "pronto" un acuerdo.

El aplazamiento de última hora desató durísimas críticas contra May de los diputados, muchos de los cuales pidieron lanzar una moción de censura al líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn, quien puso en duda de que May pueda conseguir un cambio sustancial. Sobre la posibilidad de llevar adelante una moción de confianza, un portavoz del partido dijo a la BBC que "ellos anunciarán una cuando juzguen que es posible que tenga éxito".

"La primera ministra está haciendo tiempo. Si esquivar una derrota se convierte en el único camino para que May sobreviva, entonces los indicadores son que ella retrasará el voto hasta el último momento posible. Esto es jugar con la estabilidad de la nación", escribió el diario The Guardian en su editorial.

El texto del acuerdo, de 585 páginas, producto de duras negociaciones con Bruselas, ha sido rechazado por los laboristas, los nacionalistas escoceses, los unionistas norirlandeses del DUP -cuyos 10 escaños ayudaron a May a tener una mayoría en el Parlamento- los liberal demócratas e incluso decenas de conservadores rebeldes, tanto europeístas como euroescépticos.

Uno de los puntos del acuerdo que ha despertado más críticas es el llamado backstop, un salvaguarda que prevé que Reino Unido permanezca en la unión aduanera y que Irlanda del Norte también esté alineada con ciertas normas del mercado único en caso de que ambas partes no alcancen un acuerdo comercial. Esto, con el fin de que no se reinstale una frontera entre Irlanda del Norte e Irlanda.

En virtud del acuerdo, Londres negociaría su vínculo comercial con Bruselas en el periodo de transición, que empezará tras el Brexit, el 29 de marzo de 2019, y terminará a finales de 2020. Pero esa "salvaguarda" podría ser indefinida si las partes no cierran el acuerdo al término del periodo de transición.

Los defensores del Brexit temen que Reino Unido quede permanentemente atrapado en las redes europeas y han presionado para que May renegocie esta parte.

Pero el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk -que convocó a una cumbre sobre el Brexit para el jueves- ya habló claro y dijo en Twitter que no van a renegociar el acuerdo, incluido el backstop.

La premier dijo que hablará con los líderes de los otros países miembros de la Unión Europea y les manifestaría las preocupaciones emanadas de la Cámara de los Comunes. Eso sí, siempre destacó de los peligros de rechazar el acuerdo.

Precisamente este martes se entrevistará en La Haya con el primer ministro holandés, Mark Rutte, anunció Downing Street por la tarde. "Mientras no logremos ratificar un acuerdo, aumenta el peligro de un Brexit sin acuerdo" de catastróficas consecuencias para la economía británica, advirtió May, agregando que el gobierno acelerará los preparativos para esa eventualidad. Según France Presse, este escenario es el más temido por los medios empresariales británicos porque significaría un cambio brutal de todas las reglas comerciales sin transición.

A su vez, el máximo tribunal de la UE dictaminó Reino Unido puede cambiar de parecer sobre el Brexit, dando esperanzas a quienes desean que el país se quede en el bloque de que el proceso pueda ser revertido. Así, en un nuevo revés para May, la Corte Europea de Justicia dijo que cuando un país miembro de la UE ha notificado sus intenciones de irse, "ese país es libre de revocar unilateralmente esa notificación".

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