Uniones civiles: ¿Qué hay de nuevo en las palabras del Papa?

Papa Francisco.

"¿Qué hace entonces que las declaraciones conocidas ayer hayan generado tanto revuelo? Tal vez porque como dice el biógrafo de Francisco, Austen Ivereigh, nunca antes un Papa se había pronunciado tan “claramente a favor de las uniones civiles” de personas del mismo sexo".



Desde el regreso de su primer viaje al exterior, en julio de 2013, cuando aseguró que “si una persona es gay, busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlo?”, la posición del Papa frente a la homosexualidad ha despertado desde la simpatía incondicional de algunos hasta la oposición férrea de otros, pero rara vez ha pasado desapercibida. Y desde entonces Bergoglio ha hablado sobre ello más de una vez. Basta recordar la conversación mantenida con Juan Carlos Cruz en el Vaticano, días antes de la histórica cita de todos los obispos chilenos en Roma y desclasificada por el propio periodista chileno, donde al hablar de su homosexualidad el Papa le respondió “que tú seas gay no importa, Dios te hizo así y te quiere así”.

Pero no solo ha hablado, también ha escrito. Lo hizo, por ejemplo, en la exhortación apostólica Amoris Laetitia donde llamó a los sacerdotes a acoger a todas las personas independiente de su inclinación sexual o de que mantengan relaciones no tradicionales. Texto que de paso -y por razones que van más allá del tema homosexual-, desató una de las mayores tensiones doctrinarias al interior del colegio cardenalicio de la que se tenga recuerdo, entre conservadores y progresistas, desatando incluso acusaciones de herejía contra el actual pontífice.

¿Qué hace entonces que las declaraciones conocidas ayer hayan generado tanto revuelo? Tal vez porque como dice el biógrafo de Francisco, Austen Ivereigh, nunca antes un Papa se había pronunciado tan “claramente a favor de las uniones civiles” de personas del mismo sexo. En el documental del director ruso Evgeny Afineevsky no deja dudas. “Lo que debemos crear es una ley sobre las uniones civiles, de manera que los homosexuales gocen de una protección legal”, asegura Francisco en la cinta. Y lo hace después de que se recuerde la historia de un conocido homosexual italiano que le envió una carta planteándole las dudas que tenían con su pareja sobre llevar o no a sus hijos a la iglesia. Y Francisco le respondió, animándolo a hacerlo.

Ello no quita, sin embargo, que lo planteado por el Papa y conocido ayer, no sea especialmente nuevo. Por algo, el corresponsal del semanario estadounidense National Catholic Reporter Joshua McElvee tituló ayer su nota: “Nada nuevo: el Papa ha apoyado las uniones civiles por años”. Porque Francisco habló sobre el tema en una entrevista con el sociólogo francés Dominique Wolton en 2017, cuando al ser consultado sobre los matrimonios del mismo sexo respondió: “Llamémoslo mejor uniones civiles”. Lo había hecho también en 2014 en el Corriere della Sera al asegurar que la idea de éstas era darles protección legal a las parejas del mismo sexo. Y lo volvió a hacer el año pasado en la BBC.

Pero aceptar las uniones civiles es una cosa y otra muy distinta es respaldar el matrimonio de parejas del mismo sexo. Ivereigh lo deja claro: “La doctrina sobre el matrimonio es precisa, el matrimonio sólo puede ser entre un hombre y una mujer”. El propio Francisco lo dijo en la entrevista del 2017 a Dominique Wolton: “El matrimonio es solo entre un hombre y una mujer, no podemos cambiar eso, esa es la naturaleza de las cosas”. Lo que hay, sin embargo, es un reconocimiento a que las parejas homosexuales tengan protección legal en la sociedad. Y en ese sentido, esa disputa por parte de Bergoglio no es nueva. La tuvo incluso antes de que fuera Papa, cuando como arzobispo de Buenos Aires, se opuso al matrimonio del mismo sexo, pero sugirió a los obispos argentinos que apoyaran en su lugar una ley de unión civil.

Hoy esa posición es respaldada por varias conferencias episcopales europeas, aunque severamente cuestionada y rechazada por la mayoría de los episcopados africanos y asiáticos. Y en Estados Unidos obispos conservadores han sido duros críticos de la medida y algunos cuestionaron ayer los dichos del Papa, como el obispo de Providence, Thomas Tobin, que dijo que “la declaración contradice las enseñanzas de la Iglesia sobre las uniones del mismo sexo”. Pero al margen de ello, el hecho es que las palabras de Francisco serán desde ahora una presión extra para esos prelados, en caso que algunos de los gobiernos de esos países decidan legislar sobre el tema y podrían ahondar la brecha entre quienes apoyan al actual pontífice y los sectores conservadores.

Aún no hay nada escrito, la Congregación para la Doctrina de la Fe no se ha pronunciado y ayer ni siquiera el vocero vaticano quiso hablar sobre al asunto antes de ver el documental y escuchar lo que dijo el Papa. Pero el hecho es que Bergoglio dejó clara su posición, por si alguien no la conocía. Y en un régimen jerárquico como la Iglesia Católica con eso basta.

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