Chillán: monitorean el virus en las aguas servidas de la ciudad

El plan piloto busca poder identificar zonas con contagios y posibles pacientes asintomáticos.


A mediados de junio pasado se comenzó a implementar en Chillán, Región de Ñuble, un plan piloto para monitorear aguas servidas domiciliarias de distintas comunidades y detectar en ellas la presencia de Covid-19.

La iniciativa, desarrollada por la Seremi de Ciencia de la Macrozona Centro-Sur, la Seremi de Salud de Ñuble y la Universidad de Concepción, tomó las primeras muestras en un hogar de ancianos, la Cárcel de Chillán y en una residencia sanitaria. En los dos primeros casos las muestras dieron negativo, pero en la residencia sanitaria fue positivo.

Para el intendente de Ñuble, Martín Arrau, la iniciativa y los resultados son una buena señal, que indica la factibilidad de este monitoreo: “Los resultados son muy rápidos, en menos de 24 horas los obtuvimos; para el caso de la residencia sanitaria estamos calibrando el nivel de presencia del virus”.

El objetivo del plan es poder identificar los lugares donde existen casos positivos, que incluso pueden ser asintomáticos. “Implementar una iniciativa así permitiría muestrear otros puntos de interés de la ciudad y, si llegamos a tener un caso positivo en un lugar donde no debería haberlo, se podría activar el nuevo protocolo del Ministerio de Salud de testeo activo. Hoy, un 30% de los casos positivos eran personas asintomáticas”.

Metodología

Un equipo de investigadores del Centro de Biotecnología de la Universidad de Concepción es el encargado de los análisis y resultados del proyecto, para lo cual se implementó el Laboratorio de Diagnóstico Molecular de Microorganismos Ambientales (Ldmma).

El trabajo comienza con la recolección de aproximadamente cinco litros de aguas servidas de un sector limitado. Al material obtenido se le realiza un test de heces fecales, que identifica el virus en el tercer día de iniciado el contagio, adelantando así una o dos semanas el diagnóstico clínico.

Luego, en el laboratorio se utiliza la técnica del examen PCR para la detección directa del virus.

Homero Urrutia, uno de los investigadores, explicó los alcances del monitoreo: “En Holanda, por ejemplo, cotidianamente se muestrea y determina Sars-Cov-2 en aguas residuales de distintas áreas urbanas. Esos resultados alimentan una plataforma conectada con el modelo matemático, lo que permite generar un mapa muy simple de entender como área de riesgo. Esta información es la que la autoridad usa para definir, levantar o imponer restricciones como cuarentenas o cordones sanitarios”.

Cristián Gallardo, subdirector del Centro Incar e investigador del Centro de Biotecnología de la U. de Concepción, se refirió a los riesgos que puede significar la presencia del virus en las aguas servidas. “La gran incógnita aquí es justamente el potencial riesgo sobre el ecosistema o, por ejemplo, en el alimento que las personas puedan consumir. Hasta donde se sabe, no habría transmisión desde el agua hacia alimentos y que estos puedan ser vectores de la enfermedad”.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.