Coronel Christian Alveal, director Nacional de Gendarmería: "Debemos transformar la llegada de una cárcel en un polo económico"

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El director nacional de Gendarmería, Christian Alveal, fue ratificado en su cargo en diciembre pasado.

La máxima autoridad de la institución penitenciaria defiende el rol de esa entidad en la reinserción social de los internos. "Esa labor tiene que estar a cargo del Estado", enfatiza.


El 29 de noviembre pasado, el director nacional de Gendarmería acudió a La Moneda junto a la totalidad de los directores regionales de la entidad, para reunirse con el Presidente Sebastián Piñera. Fue la primera vez en la historia que la plana mayor de la institución acudió al Palacio de Gobierno para ser recibida por el Jefe de Estado. Más allá de lo simbólico de la cita, en ella el Mandatario planteó una interrogante que suponía un cambio sustantivo para la institución: les consultó si querían continuar a cargo de la reinserción y de la vigilancia penitenciaria o si, por el contrario, coincidían con propuestas que apuntan a dividir el servicio en dos.

"Le dijimos que queríamos continuar igual y le explicamos por qué. Si no nos hacemos cargo de la reinserción social nos transformaríamos en meros carceleros, algo que jamás hemos sido", recuerda el director nacional de Gendarmería, Christian Alveal.

La nueva autoridad, ratificada en el cargo tras la salida de Claudia Bendeck, conversó con La Tercera sobre los desafíos que enfrenta la institución penitenciaria y el nuevo enfoque, basado en la reinserción, que pretende dar al servicio.

Desde el ministerio se ha anunciado la realización de un plan de infraestructura carcelaria. ¿En qué consiste?

Trabajamos por requerimiento del ministro de Justicia en un plan de desarrollo de infraestructura a ocho años. Es necesario reconocer dónde están las reales necesidades y las más urgentes para generar condiciones de habitabilidad y hacer una mejor intervención, en la que también se consideren las necesidades de nuestros funcionarios.

¿Dónde están las principales falencias de las cárceles?

Es un tema de diseño. Tiene que ver con una mirada poco actualizada. Por ejemplo, en no haber estudiado las cárceles modulares, que se construyen con una rapidez de 1.200 plazas en 16 meses. Esto implicaría reducir en 70% la construcción de una cárcel normal. Se trata de penales que se edifican en países nórdicos y que sería bueno analizar. Acabamos de terminar una consulta al mercado internacional para conocer distintas opciones que permitan minimizar los tiempos de construcción y responder con mejores estándares a las necesidades de las cárceles que presentan un estado más crítico. Además, estamos trabajando en un plan, con recursos institucionales, para "sensorizar" una cárcel y reducir garitas de vigilancia. Hoy estamos avanzando en una lógica tecnológica y en mejorar la arcaica manera de tener control de nuestras cárceles. Vamos a hacer esta primera experiencia en una unidad penal de Santiago (Colina II), porque si funciona en una unidad grande y compleja, lo hará en todos los penales del país.

¿Qué piensa de la oposición ciudadana a recibir nuevas cárceles en su entorno?

En países desarrollados las cárceles no las deciden los municipios, sino el Poder Ejecutivo. Y cuando se construyen, se generan proyectos de mitigación social en el sector donde se emplazan, como mejoras en las escuelas, más áreas verdes e instalaciones deportivas. Al mismo tiempo, el personal que realizará funciones administrativas y de apoyo en el penal es contratado en esas comunidades. Deberíamos avanzar en esa lógica. Un centro penitenciario no puede ser visto bajo una lógica negativa, según la cual su instalación baja la plusvalía en el entorno. Debemos transformar la llegada de una cárcel en un polo económico para la comuna a la que llega.

¿Qué rol tendrá el sector privado en el futuro de las cárceles?

Los centros penitenciarios se tienen que construir, porque tenemos déficit en metros cuadrados carcelarios. La concesión es la medida más rápida y viable, pero queremos precisar que la reinserción social no debiera ser externalizada. Tiene que estar a cargo del Estado y ser ejecutada por Gendarmería.

Esta semana se presentó el proyecto de carrera funcionaria. ¿Eso concluye el conflicto con las organizaciones gremiales?

Un proyecto de ley de esta envergadura es muy importante, sobre todo para la carrera funcionaria y para el desarrollo del personal de las distintas plantas, uniformadas y no uniformadas. Pero ningún proyecto satisface todas las demandas y necesidades estructurales que este servicio presenta por décadas. Hay que agradecer al ministro de Justicia, Hernán Larraín; al subsecretario, Juan José Ossa, y a su equipo técnico, así como al equipo técnico de Gendarmería, por haber llevado a buen término este proyecto. Ahora bien, se firmó el acuerdo el 8 de noviembre, pero luego hubo un trabajo extenso, de largas jornadas, en las que los dirigentes también pusieron siempre el interés institucional por sobre el particular. Eso hay que reconocerlo. Ahora, siempre los proyectos de ley se pueden mejorar y estamos abiertos a escuchar posibles modificaciones que los gremios quieran plantear.

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