Un estudio realizado por la Universidad de Chile, a petición de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados y Fonasa, reveló que el precio de cada sesión de diálisis va entre $ 66.999 y $ 68.055, lo que equivale entre un 8,4% a un 10,05% por encima del arancel o precio licitado tope fijado por la aseguradora pública de salud que corresponde a $ 61.780. Esto significa que, en el periodo analizado (2022), el promedio de los centros de diálisis funcionaron con un 10% de pérdidas o más cada mes.
Del total de la muestra, el 77,7% del costo de cada centro está determinado por el gasto en recursos humanos, insumos y mantenciones, mientras que el impacto Covid-19 y del financiamiento alcanzan el 7,5% en conjunto. Es decir, el estudio afirma que el principal costo del funcionamiento de la diálisis es el recurso humano (50%).
El equipo del Instituto de administración en salud de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile también realizó diversas simulaciones para proyectar el costo por sesión de hemodiálisis en el periodo 2023, debido a que se reajustarán las remuneraciones en un 10% y el precio de insumos en un 15%, por lo que el costo llegaría a $ 74.373, equivalente a un 20,4% superior al precio máximo licitado vigente.
En ese contexto, la Alianza Diálisis es Vida, formada el pasado 12 mayo por cinco organizaciones de la sociedad civil que agrupan a pacientes, médicos, enfermeras y prestadores, advierten que los centros de diálisis están en “grave riesgo” de quiebra, pues atraviesan una compleja situación financiera debido a que Fonasa no reajustó los precios durante los dos últimos años, pese que sí subieron los costos de los insumos y del recurso humano que se necesitan para el tratamiento.
El reajuste más reciente a este tipo de tratamiento se publicó el pasado 31 de marzo en el diario oficial y establece que las prestaciones de hemodiálisis tendrán un alza del 6,3%.
En ese contexto, el presidente de la Asociación Nacional de Diálisis Independiente (Anadi), François Rius, afirma que existe la posibilidad que el reajuste sea otro: ”Hemos tenido información de parte de Fonasa respecto a que están haciendo arreglos a esa resolución para incrementar el reajuste a la hemodiálisis, tomando en cuenta de los resultados del estudios. No sabemos qué significa, pero sí sabemos que cualquier ajuste inferior al 20% no va a resolver en su totalidad la situación”.
Asimismo, Rius explica que esta situación es compleja, pues el posible quiebre de centros afectaría a miles de personas. De acuerdo a las cifras nacionales, hay más de 25 mil pacientes con alguna enfermedad crónica renal dependiente de este tipo de prestaciones y se estima que esta cifra aumenta cada año en alrededor de un 3,4%.
“No es solo un tema económico, porque esta situación también afecta la vida de los pacientes, pues si no tienen acceso a los tratamientos de diálisis, su condición de salud se degradará muy rápidamente hasta la muerte. Entonces, no debemos ver esto a la ligera”, recalca el presidente de Anadi.
En ese contexto, los integrantes de la alianza estiman que 12.500 pacientes podrían verse afectados con esta crisis.
Rodrigo Orozco, presidente de la Sociedad Chilena de Nefrología (Sochinefro), coincide que “si los centros de diálisis no tienen los ingresos que necesitan para funcionar, van a cerrar y se van a mantener solo los centros más grandes, pues los centros pequeños no van a poder seguir funcionando porque no van cubrir los gastos. Entonces, va a disminuir la oferta, sobre todo en las zonas más vulnerables y eso va a producir un desequilibrio muy importante”.
De acuerdo a las cifras de Anadi, el 90% de los pacientes que necesitan diálisis se atienden en centros privados, y al mismo tiempo el 95% de ellos son beneficiarios de Fonasa, por eso recalcan la importancia de estos centros. “Los hospitales públicos dializan un porcentaje bajo, pues deben tratar a otro tipo de pacientes. Entonces, por lo general tratan a los pacientes más complejos, y el resto se dializa en centros privados, por eso cumplen un rol muy importante”, añade Orozco.