Haciendo equilibrio sin bolsas plásticas

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Quienes no llevaron su bolsa debieron acomodar las compras como pudieron.

Hoy hubo desde apoyo hasta molestia entre quienes afrontaron el primer día de vigencia de la norma que prohíbe su utilización. Otros vieron una oportunidad de negocio.


"Están vendiendo las bolsas plásticas a $ 190 estos sinvergüenzas", se queja por teléfono Agustina Jiménez, hablando con su hijo. Luego de cortar el llamado, expresó con más detalles su molestia. "Tuve que comprar dos bolsas de género, más la plástica que voy a llevar a la casa para 'revolver el gallinero'. Me parece una broma que hoy se vendan en el supermercado bolsas de ese mismo material", acota.

"La gente sale con las cosas en la mano. Lo encuentro denigrante" añade, mientras observa el panorama que se vivió hoy en un hipermercado situado en Alameda y Av. General Velásquez. Fue el primer día de vigencia de la prohibición total de las bolsas de plástico desechables en los supermercados y el retail, acción que fue recibida con juicios mixtos por los clientes.

Si bien la mayoría celebró el fin de estos elementos, en pro de contar con un medioambiente más limpio, otros consideraron que la medida fue "demasiado drástica".

"Me parece ilógico que quiten las bolsas del supermercado y que no saquen todos los plásticos con los que vienen envueltas las cosas. Al final, lo que hicieron fue crearles otro negocio a las empresas grandes, porque nos venden las bolsas", argumentó Paola Quevedo, clienta de un hipermercado de La Reina. Y como ahora no puede utilizar las hoy vetadas "bolsas camiseta" para el retiro de la basura en su casa, tiene que comprar las tradicionales bolsas negras. "Es un gran negocio para el comercio", señala.

No todos consideraron un problema tener que utilizar bolsas reutilizables. Susan Toro, vecina de Lo Barnechea, cada vez que concurre a un supermercado de Las Condes lleva un tipo especial de contenedor de género. Este cabe en un carro de compras y está dividido en compartimentos de distintos colores. "Así puedo clasificar la mercadería", describe.

Susan defiende a brazo partido la prohibición aplicada por las autoridades. "Las bolsas plásticas son nocivas. Paulatinamente, la gente se hará a la idea de que tiene que salir de su casa con bolsas reutilizables", argumenta.

En el mismo supermercado, otra clienta, Ana Quidel, plantea una posición contraria. "Si la bolsa plástica me la da el supermercado, contamina, pero si yo la compro no lo hace. ¿Quién entiende esto?", se pregunta.

En las cajas también hubo escenas de confusión y algunas quejas de clientes que no se habían informado del plazo fatal. "Se dan situaciones incómodas", relata Almendra Ascencio, quien labora como empaquetadora en un supermercado de La Reina. "Hoy incluso una clienta me quitó la propina de la mano por no entregarle bolsas", cuenta.

Visionarios se adaptan

Christian Cárdenas tiene un puesto en el que comercializa aparatos electrónicos, situado a la salida de un hipermercado de Estación Central. Hace dos meses decidió incluir las bolsas de genero en su oferta, aprovechando su posición estratégica. "Entre ayer y hoy las ventas han estado mejor que nunca", se felicita.

Nicole Levio fue otra "visionaria" que se unió a esta oportunidad de negocios. Junto a una amiga comenzó a ofrecer este producto a quienes salían del recinto comercial con las manos llenas. Curiosamente, ambas trabajaban en una empresa que fabricaba bolsas de género que quebró. "Queremos hacer un viaje y para eso necesitamos juntar dinero", explica.

El fin de semana, el propio Presidente Sebastián Piñera volvió a defender la iniciativa que elimina las bolsas de plástico. "Desde que entró en vigencia la ley, hemos ahorrado más de mil millones de bolsas que toman un segundo en producirse, se usan 15 minutos y contaminan por 400 años", escribió en Twitter.

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