Jorge Retamal, director de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena: "El reconocimiento constitucional de los pueblos está en el plan de gobierno"

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En su segundo período a la cabeza de la Conadi, Jorge Retamal sostiene que La Araucanía sí puede salir adelante en la tarea de derrotar la pobreza y los conflictos sociales.


Jorge Retamal, quien fuera director de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi) entre 2011 y 2014, en el primer gobierno de Sebastián Piñera, hoy vuelve a liderar dicha institución, a la que busca darle un vuelco en la gestión. Quiere dejar atrás el sello que, a su juicio, ha limitado a la Conadi a ser una compradora de tierras, función que por ley ocupa la mayor parte de los recursos que el Estado le destina. Si bien su foco está en transparentar ese proceso, también pretende impulsar el emprendimiento en cada uno de los nueve pueblos originarios de Chile.

¿Cuánto cambió el mundo indígena desde su primera gestión y qué haría distinto esta vez?

Siento que hay un mayor aprendizaje en todos los sectores, hay más sensibilidad y los dirigentes están más maduros. En este mes me he reunido con muchos lonkos y machis, y todos quieren salir adelante, en un diálogo más cercano y horizontal, dejando atrás ese tono paternalista. Siento que estamos por el buen camino en ese sentido.

¿Qué estrategias van a caracterizar su segundo período?

Queremos impulsar fuertemente el tema del emprendimiento indígena de los nueve pueblos, pero con identidad. Queremos trabajar los proyectos de turismo, pero de verdad, de clase mundial, y que impacten a los territorios. Nos gustaría replicar lo que hace el pueblo atacameño en el Valle de la Luna, donde ellos lo administran, y dotar de un relato y de infraestructura a La Araucanía, para que sea un destino de clase mundial, como en México con los llamados "paraísos indígenas", que permiten el desarrollo sustentable de las propias comunidades.

La Operación Huracán pudo minar la confianza en la justicia. ¿Cómo pueden los mapuches recuperar la confianza en las instituciones?

Si hay hechos de violencia, hay que condenarlos sean o no sean mapuches, no hay que ponerle un apellido. Y, por lo tanto, llamo también a no criminalizar, pero sí a que todos los sectores condenen con la mayor fuerza los hechos que ocurren y ojalá se encuentre a los reales culpables. Y si hay errores por parte de las instituciones, ellas tendrán que responder, pero no se puede dejar de confiar en la justicia.

¿Su agenda incluye el reconocimiento constitucional, la cuota parlamentaria indígena y la creación del Ministerio Indígena?

Eso no es algo que se impuso desde la Conadi, sino del Ministerio de Desarrollo Social con los proyectos que crean el Ministerio de Asuntos Indígenas y el Consejo de Pueblos, que se presentaron en el gobierno anterior, y con la creación de un servicio de pueblos indígenas. Otra cosa es el reconocimiento constitucional, esa es una deuda de todos los gobiernos con los pueblos hace 25 años. Y ese reconocimiento constitucional de los pueblos está en el plan de gobierno.

¿La Conadi tal como la conocemos tiene entonces sus días contados?

Eso no es así, lo que está en esos proyectos es una nueva Conadi, un nuevo servicio que aborde las materias de desarrollo y tendrá que discutirse. Pero hoy la Conadi está viva y estamos trabajando con los alcaldes en la articulación de soluciones, que es un rol que nos corresponde. Hay grandes problemas de agua, caminos y habitabilidad en las tierras que entregamos, y que a veces son abandonadas porque la gente no puede levantar sus casas. En ese sentido, queremos procurar soluciones con los ministerios.

El caso Luchsinger ha polarizado posiciones, por un lado empresarios y gobierno, y por otro, los mapuches. ¿Qué papel tiene la Conadi para un necesario encuentro por la paz?

Yo no comparto que haya dos bandos, me quedo con los diálogos de la mesa transversal que lideró el obispo Barros. Que el gobierno haya adoptado gran parte de las recomendaciones de esa mesa es una inmensa señal. Por lo tanto, nuestro rol en ese sentido es también proveer de la información, articular las comunidades, desarrollar confianzas y terminar con este espíritu paternalista que impera. Para eso también vamos a mejorar y transparentar el proceso de compra de tierras, tema por el cual la Conadi ha sido siempre cuestionada.

¿Ahora va a ser público ese proceso?

Eso lo vamos a hacer público siempre, nada a puertas cerradas. Y para eso estamos digitalizando todo el material del Archivo General de Asuntos Indígenas. Ahí están todos los títulos de merced, las subdivisiones, y también todas las compras y las transferencias del Estado al mundo indígena. Queremos dejarlo como un legado.

¿Qué hará respecto del alza creciente del precio de las tierras que compra la Conadi a privados para restituírselas a las comunidades?

Vamos a revisarlo en profundidad. Es muy cierto que en nuestro primer período el costo era de $ 2,2 millones por hectárea, en el gobierno pasado subió a $ 4,8 millones, y hoy tenemos predios que están siendo negociados por hasta $ 11 millones, por lo tanto, es obvio que habiéndose duplicado el presupuesto para tierras, hoy se compre menos. Somos casi el único comprador, por eso tenemos que controlar mejor, con la claridad de que solo vamos a pagar el valor de tierra. Por lo tanto, como Conadi, no vamos a comprar ni piscinas ni casas de 600 m2 que pudiese haber en algún predio, de lo contrario se distorsiona el precio.

Según el último censo, hay un 12% de población indígena, la mayor cifra en 30 años. Ante este dato, ¿de qué manera se van a ajustar o modificar las políticas públicas indígenas?

Siempre es un buen insumo conocer estas cifras, pero yo me voy quedando también con las cifras de pobreza en comunas donde la población indígena es mayoritaria, y ahí estas cifras del censo van a permitir focalizar soluciones, lo cual obviamente es de la máxima prioridad, como, por ejemplo, en el acceso al agua, a caminos o a buen trabajo.

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