Los relatos de otros dos chilenos que viven en Wuhan, el epicentro del brote

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Desde el 23 de enero, un grupo de estudiantes no puede salir de la ciudad y diariamente debe controlar su salud.


Hoy se cumplen doce días desde que se decretó una cuarentena en Wuhan, China, la ciudad donde se originó el brote del coronavirus, lo que motivó que la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitiera una declaración de emergencia. En una urbe de 11 millones de habitantes -donde se construyó un hospital para atender a los contagiados en un tiempo récord de diez días y se han limitado los traslados en avión y trenes para evitar la expansión del brote (ver página siguiente)- se encuentran viviendo siete chilenos que están estudiando en diversas universidades.

Dos de ellos están en la Universidad Normal de China Central (CCNU). Cristián Pradenas (37), abogado de profesión y quien cursa un máster y doctorado en política internacional en ese plantel, señala que la casa de estudios difundió un instructivo para los estudiantes extranjeros, que indica que entre las medidas que deben cumplir está permanecer en sus casas lo máximo posible y no concurrir a centros comerciales o estaciones de buses. "Además, cuando comenzó todo, nos entregaron un termómetro y un código QR, donde se puede abrir una página para actualizar nuestro estado de salud a diario", relata Pradenas. El abogado advierte que deben reportar de inmediato si presentan malestares. Así, también añade que deben ocupar mascarillas para cubrir su boca y nariz junto con sanitizar sus manos constantemente.

Además, explica que en la ciudad hay poca movilización disponible: "Para moverse hay que caminar, ya que esa es la única alternativa". Pese a lo que está ocurriendo, añade que intenta mantener un estilo de vida normal.

Por su parte, el ingeniero Carlos Perret (29) vive en el distrito de Wuchang con dos amigas, cerca de la Universidad Tecnológica de Wuhan, donde cursa un máster en Ingeniería Ambiental. Cuenta que la última vez que acudió al supermercado "compré todo lo necesario para no tener que salir hasta marzo". Caminó 45 minutos para llegar y solo vio a 20 personas en su trayecto. Por estos días, la tónica en las ciudades chinas donde se han confirmado casos, es que la población se mantenga en sus casas por temor a contagios.

Perret añade que "la gente aquí está bastante preocupada, pero no hay desesperación. La gente se ve tranquila, a pesar de todo lo que está pasando".

También dice que se contactó con la Embajada de Chile en China en los últimos días: "Me preguntaron si tenía alguna necesidad y yo planteé que me faltaban mascarillas y que quería volver al país. Lamentablemente, en ninguna de las dos situaciones recibí una respuesta positiva".

En la embajada chilena en China confirman que tienen contacto con siete chilenos en Wuhan. "Afortunadamente, no hay ninguno que tenga la infección", aclara el embajador, Luis Schmidt.

El diplomático asegura que si cualquier chileno quiere salir de Wuhan, debe efectivamente cumplir con el plazo de cuarentena (de 14 días), es decir, el periodo en que se incuba el virus. "Así, pueden verificar que no estén infectados", dice el embajador.

Aunque vive en una ciudad más alejada del brote, Iván Valenzuela, otro chileno que reside en Shanghái, admite que existe temor de que la infección se propague a otras urbes. "Hace dos días atrás fue el último día que se pudo salir al supermercado; ahora ya está todo cerrado", indica. También añade que esperan saber en los próximos días cuándo podrán volver a su actividad laboral con normalidad. Valenzuela trabaja en un circo, el que aún permanece cerrado.

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