En un año en que los viajes en transporte público se desplomaron debido a la pandemia, el presidente del Metro, Louis de Grange, aclara que, pese a la crisis, la extensión de las líneas 7, 8 y 9 del tren subterráneo continuará durante este 2021. Además, enfatiza que trasladarse en tren subterráneo es seguro en medio de la crisis sanitaria producto del coronavirus.

Metro tuvo un año con una fuerte baja en los ingresos por la pandemia. ¿Cuál es la evaluación?

Efectivamente, este 2020 la afluencia de pasajeros en Metro, y en todo el transporte público, se redujo de manera significativa. Hubo días en julio en los que trasladamos a menos del 10% de los pasajeros respecto de años anteriores. En las últimas semanas hemos alcanzado entre el 40% y 50% de la afluencia habitual, pero seguimos estando muy por debajo de los pasajeros que trasladamos en una época normal. La pandemia y las estaciones que tuvimos cerradas por la reconstrucción han pegado fuerte en los ingresos de la empresa, lo que ha exigido al máximo la capacidad de gestión de Metro y nos ha llevado, gracias al esfuerzo y compromiso de todos los trabajadores, a implementar diferentes estrategias: reducción de gastos, colocación de bonos y refinanciamiento de deudas.

Algunos expertos han planteado que circular en transporte público no es seguro ante el Covid-19. ¿Qué piensa al respecto?

Tal como han publicado diferentes estudios a nivel mundial, el transporte público no ha sido un cluster de contagio en esta pandemia. Según las cifras que ha entregado en Ministerio de Salud, respecto de los brotes en Chile, el 73,7% se origina en reuniones sociales o familiares intradomiciliarias. En términos relativos, es mucho más seguro andar en Metro que ir a una reunión social o a un restaurante. Entre las razones de ello, se pueden mencionar varias: el nivel de sanitización de los trenes y de los espacios comunes es de muy alto estándar, a lo que hay que sumar la mayor ventilación dentro de los coches y al mismo comportamiento de los pasajeros, que son muy responsables para seguir las medidas de autocuidado, pues siempre están con mascarillas y tienden a ser más prudentes que en otros lugares.

Este año se terminó la reconstrucción tras el estallido del 18-O. ¿Cuánto se invirtió en ese proceso y qué está pendiente?

El gasto total del proceso de reconstrucción fue cercano a los US$ 255 millones. Si bien ya tenemos el 100 por ciento de las estaciones operativas, aún hay trabajos pendientes para este 2021. Por ejemplo, nos falta habilitar ascensores y escaleras mecánicas en algunas terminales. También estamos avanzando en nuevos circuitos de cámaras de televisión. Los portones de reforzamiento ya están prácticamente todos instalados. Esperamos finalizar todo eso en las próximas semanas.

¿Cuál es el estado de avance de la construcción de nuevas líneas de Metro? ¿La pandemia retrasó esos proyectos?

La extensión de la Línea 2 hacia Hospital El Pino, en San Bernardo, lleva un 54% de avance y la Línea 3 a Plaza de Quilicura lleva un 40%. La Línea 7 registra un 3% de avance, que incluye los llamados a licitación de la construcción de obras y de compra de trenes, que representan la mayor parte de la inversión. En el caso de las líneas 8 y 9, y la extensión a Bajos de Mena de Línea 4, estamos redefiniendo el calendario de sus distintas etapas, pero esperamos retomar los avances durante 2021. Son proyectos fundamentales para cientos de miles de familias. Permiten acercar los servicios básicos y desarrollar económicamente los barrios, entre otros beneficios. Sin duda, las nuevas líneas son uno de los mayores aportes para lograr equidad social y territorial para una ciudad de ocho millones de habitantes altamente segregada.

¿Se les cobrará más a los pasajeros por la construcción de estas líneas?

Los proyectos de expansión de Metro son financiados, en su mayor parte, por aportes del Estado, que es el accionista de esta empresa pública. Y esto seguirá siendo así. Además, como Metro es el operador más barato del Transantiago, que cuesta cerca de la mitad por pasajero transportado respecto de los buses, eso permite generar ahorros importantes de largo plazo. Expandir la red no solo genera mejor calidad de vida, más oportunidades y equidad social, sino, además, permite reducir los costos operacionales de largo plazo.

¿Qué rol juega hoy el tren subterráneo en los viajes?

Es probable que la pandemia haya acelerado algunos cambios en los patrones de movilidad. Sin embargo, la gran mayoría de las actividades seguirá siendo presencial. Santiago tenía un importante déficit de Metro, por lo que las Líneas 8 y 9, y la extensión de Línea 4 a Bajos de Mena, siguen siendo una prioridad. Quizás se reduce la densidad de pasajeros, lo que podría ser una mejora significativa en la calidad de servicio que experimentan nuestros usuarios, pero las necesidades de conectividad y de acercar a las personas siguen siendo claves para el desarrollo de la ciudad.