Piñera se preocupa por fallos de la Suprema

El viernes 21 se produjo la segunda reunión en La Moneda entre el pleno de la Corte Suprema y el Presidente Sebastián Piñera. De acuerdo con un grupo de asistentes consultados por La Tercera, en la cita hubo un tono conciliador por parte del Mandatario, quien se manifestó interesado en alcanzar puntos de encuentro en la agenda judicial que busca impulsar.

En el almuerzo -en el que también participaron el ministro de Justicia, Hernán Larraín, y los subsecretarios de Justicia y Derechos Humanos-, el presidente del máximo tribunal, Haroldo Brito, aprovechó la instancia para transparentar ante Piñera el acuerdo al que llegó el pleno el pasado jueves 20.

Brito expresó al Mandatario que están dispuestos a separar el trabajo de nombramientos desde las facultades actuales de la Suprema. No obstante, aclararon que, de igual forma, les interesa tener un rol relevante en la designación de quienes integren el comité.

Algunos de los presentes destacaron que la cita fue distendida y que Piñera aprovechó para preguntar por el razonamiento usado en dos sentencias: el fallo por contaminación en Quintero y la declaración por el caso Norín Catrimán.

En el caso del dictamen sobre Quintero, que impone a las autoridades realizar diversas acciones y que fue interpretado como excesivo por el gobierno al considerar que se inmiscuía en un área propia del Ejecutivo, se explicó al Mandatario que el Consejo de Defensa del Estado (CDE) podría haber hecho más para evitar el resultado, dado que la Tercera Sala resolvió con los antecedentes que las partes presentaron.

En el segundo tema se aludió a la decisión del máximo tribunal que dejó sin efecto las condenas dictadas por la Corte de Apelaciones de Concepción contra ocho mapuches, en el caso Norín Catrimán, a partir de un dictamen de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH).

Piñera consultó a los jueces si la Corte Suprema se había convertido en una tercera o cuarta instancia. Al respecto, varios magistrados explicaron que en ningún caso se anuló lo obrado por el tribunal de alzada, sino que se había dejado sin efecto la totalidad de las consecuencias de un fallo que el máximo tribunal nunca había visto, algo que, enfatizaron, constituye una situación distinta y que respondió a un incumplimiento del que la Corte IDH acusaba al Estado chileno.