Prisión preventiva para carabineros acusados de cobrar por protección a víctimas de banda “Los Pulpos”

Los policías, que fueron dados de baja, junto a otro exfuncionario fueron formalizados por el Ministerio Público por los ilícitos de exacciones ilegales, amenazas extorsivas y cohecho.


La jornada de este miércoles, el Tercer Juzgado de Garantía de Santiago decretó prisión preventiva contra dos carabineros de la Sección de Investigación Policial (SIP) y un expolicía que había sido dado de baja a comienzos de este año, luego de que ayer fueran detenidos por la PDI tras ser sorprendidos cobrando por protección a víctimas de la banda delictual peruana “Los Pulpos”.

Según los antecedentes del caso, los carabineros se acercaban a los empresarios que trabajaban en el radio donde operaba el grupo criminal -Recoleta, Independencia y Santiago Centro- y les ofrecían protección por una semana, a cambio de $ 2,5 millones.

Uno de los empresarios que recibió una oferta de protección por los policías, quienes fueron dados de baja, informó a detectives de la PDI del cobro solicitado por los funcionarios. Los investigadores le recomendaron a la víctima seguir el juego de los carabineros, quienes habían pedido un primer pago de $800 mil.

Con estos antecedentes, el fiscal Luis Isla, de la Fiscalía de Análisis Criminal Centro Norte, formalizó a los exfuncionarios de Carabineros por los ilícitos de exacciones ilegales, amenazas extorsivas y cohecho.

El vocero de la Fiscalía Centro Norte, Emanuel Ibaceta, indicó que “los imputados le exigieron a la víctima que entregase dinero para evitar que se realizaran fiscalizaciones en sus locales comerciales, además de brindarles protección frente a amenazas u cualquier otra clase de delitos de bandas existentes en el lugar”.

“Además a uno de estos imputados, quien fuese funcionario de carabineros a comienzos de este año, también fue formalizado por el delito de tenencia ilegal de arma de fuego, la cual mantenía en su domicilio”, agregó.

Cabe señalar que la banda delictual “Los Pulpos” tiene su origen en Trujillo, Perú. Desde allá exportaron a Chile -entre el 2016 y el 2017- sus técnicas delictuales asociadas a homicidios, extorsiones, tráfico de drogas y tráfico de armas.

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