Trabajador haitiano hacinado en centro comercial de Punta Arenas: "No quería problemas con nadie, yo solo vine a trabajar"

mallchino

Pierre Renard, uno de los seis haitianos encontrados viviendo en un mall chino de la ciudad magallánica, relató las circunstancias que lo llevaron a vivir encerrado dentro del edificio.


Pierre Renard (33) llegó a Chile desde Haití en febrero de 2016, pero había llegado a Punta Arenas el 24 de octubre pasado. Arribó desde un avión sin compañía alguna. En septiembre, casi un mes antes, su pareja y sus tres hijos habían vuelto a su país natal. Más allá de la soledad, él prefirió quedarse en Chile. "Ella está allá con los hijos y yo estoy aquí trabajando para ellos solamente", afirma desde la ciudad austral.

Renard fue uno de los seis trabajadores descubiertos en un mall chino de la capital de Magallanes en condiciones laborales precarias durante la mañana de ayer lunes. Según señalaron las autoridades locales, las jornadas de trabajo eran de 11 horas, algunos llevaban dos semanas completas de trabajo sin descanso, y además vivían en distintas bodegas del centro comercial donde eran encerrados por la noche.

Consultado por estas condiciones en las que trabajaba, muy escuetamente Renard dice que "no quería problemas con nadie, porque yo estoy aquí solo para trabajar". Durante la jornada de hoy declaró ante la Inspección del Trabajo sobre las condiciones en las que desempeñó su labor en el mall. "Si encuentro un trabajo mejor que esto podría salirme, pero sea como sea, bueno o malo, hay que hacerlo", se sincera.

Ron, colchonetas y un baño común

Respecto de las circunstancias en las que fue encontrado Pierre Renard y sus colegas, desde la Gobernación Provincial ya habían adelantado que este caso se podría tratar de tráfico de migrantes con fines de explotación laboral.

El gobernador provincial de Magallanes, Nicolás Cogler, fue uno de los primeros en revisar el lugar denunciado. Quedó muy impactado por las condiciones de vida. "Lo primero que dijeron era que tenían miedo a perder el trabajo, el ingreso laboral. Les dije que eso lo despejaran inmediatamente", sostiene Cogler.

Al respecto, el gobernador sostuvo que "me decían que para poder sobrellevar esto todos los días consumían tragos de ron que ahí mismo les daban". También recalcó que luego del cierre de la jornada eran encerrados con candado y llave dentro del edificio. En este lugar, los trabajadores se distribuían en distintas bodegas donde dormían. "Había algunas que tenían unos 20 metros cuadrados, y otras que no superaban los cinco metros", puntualiza la autoridad provincial.

Otro detalle que atrajo su atención fue que algunos tenían cajas debajo de los colchones y otros "sencillamente tenían colchonetas". Agrega que "tenían acceso a un solo baño. Ese baño tenía una ducha y esa ducha era compartida por todos los que vivían adentro".

Respecto a las medidas que se tomarán de aquí en adelante, Cogler señaló que se está evaluando la opción de que sean alojados en una casa de acogida administrada por el Hogar de Cristo, y que, a través del Ministerio del Trabajo, "buscamos perseguir si es que hay algún tipo de indemnización o algo que nosotros pudiésemos acompañar luego de esta fiscalización".

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