Aunque suene una obviedad, este 1 de mayo estará fuertemente marcado por la pandemia del Covid-19.

Al igual que en el resto de los países del mundo, en este Día Internacional de los Trabajadores no habrán discursos al aire libre ni marchas por las calles de nuestras ciudades.

La presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa, enviará mañana a las 10 horas, su mensaje vía streaming, acompañada de cerca de 50 dirigentes sindicales. Y para no romper otra tradición más, este grupo planea cruzar la Alameda y protestar frente a La Moneda en contra de las políticas laborales del gobierno que, según la multisindical, no están enfrentando de manera correcta los efectos de la pandemia en nuestra economía.

A esa misma hora, el Presidente Piñera, junto a su ministra del Trabajo, María José Zaldívar, conmemorarán esta fecha en una sobria actividad, donde enumerarán las últimas leyes laborales que han sido aprobadas -en tiempo récord-para enfrentar los graves efectos del covid-19 en el empleo que, según estimaciones del gobierno, podría alcanzar a un millón de personas sin trabajo.

La última medida la anunció ayer el propio Mandatario: un proyecto de ley que crea un seguro de protección de ingresos para trabajadores independientes que va a beneficiar a más de 1,2 millones de chilenos.

Podrán acceder a este beneficio todos aquellos trabajadores a honorarios que, durante los últimos doce meses hayan emitido al menos cuatro boletas u ocho, en el caso de los últimos 24 meses y que producto de esta crisis sanitaria hayan experimentado una merma en sus ingresos iguales o mayores al 20% de lo que eran sus ganancias promedio.

Al otro lado, la CUT pedirá a las trabajadoras y trabajadores que pretendían marchar mañana en Santiago y regiones, poner banderas negras en sus casas y en sus sedes sindicales, “dado el funeral que significan las medidas el gobierno”, señala el vicepresidente de Comunicaciones de la entidad, Eric Campos.

Por la noche, la central llamará a un cacerolazo que podría ser un buen termómetro para medir su actual poder de convocatoria; o al revés, si las chilenas y chilenos están conformes con las medidas implementadas por La Moneda.