El conflicto societario que enfrenta a los Angelini y los Von Appen con los Luksic

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Buque tanque "Doña Ana", de Sonamar. Foto: Empresas Copec

El escenario de la disputa es Sonamar, empresa dedicada al transporte marítimo de combustible y donde son socios estos tres grupos económicos. Diferencias respecto a su participación en un aumento de capital mantiene en dudas la viabilidad de la compañía.


"Esta es una pelea de perros grandes". Así describe un importante ejecutivo lo que está ocurriendo en la propiedad de la empresa Sociedad Nacional Marítima (Sonamar), compañía que nació bajo el alero de la Sociedad Nacional del Oleoductos (Sonacol) en 1957 y que se dedica al transporte marítimo de combustible.

Si bien se trata de una empresa pequeña -cuenta con cuatro barcos-, entre sus dueños están buena parte de los grupos económicos más importantes del país: el 45,01% está en manos de la familia Von Appen a través de Ultranav; un 35,74% lo tienen los Angelini a través de Copec y Abastible; y un 19,26% los Luksic, vía Enex.

Hoy la compañía pasa por problemas financieros y los tres socios están enfrentados por diferencias respecto de qué hacer frente a un aumento de capital por aproximadamente US$ 35 millones que fue aprobado el pasado 26 de enero, con plazo hasta el 7 de marzo para ser suscrito, necesario para darle viabilidad a la empresa.

El origen de la historia

Cuando el grupo Luksic compró Shell, los activos de Sonamar eran parte del paquete, aun cuando esta compañía nunca les interesó particularmente. La empresa es controlada por los Von Appen y Angelini y son ellos los que la operan.

El año 2013, los Von Appen y los Angelini, se acercaron a los Luksic para informarles que Sonamar enfrentaba problemas financieros y que era necesario hacer un aumento de capital por US$ 25 millones, y a ellos por su participación, les correspondía aportar US$ 5 millones.

Según diversas fuentes, en ese entonces Enex planteó que esta empresa no era parte de su core y que por lo tanto estaban intentando vender su participación. No obstante, estaban dispuestos a aportar su parte por única y última vez y así viabilizar la empresa.

No obstante lo anterior, a fines de 2017, los controladores volvieron a acercarse a los Luksic. Esta vez era necesario hacer un aporte de US$ 35 millones que permitiera solucionar la situación financiera de la empresa y saldar la deuda que se mantiene con los bancos Itaú, Bci, Security y Bice. De ese monto, Enex debía poner US$ 7 millones.

La reacción inicial de Enex fue que, en su opinión, lo que correspondía era que el grupo controlador, como responsable de la administración, aportara el 100% del capital necesario y que ellos se diluyeran en la propiedad.

Los Von Appen y los Angelini se habrían negado. Entonces Enex hizo una propuesta: ellos aportarían la mitad de lo que les correspondía -US$ 3,5 millones-, y Copec y Ultranav debían aportar el resto del capital, sujeto a la condición de que se presentara un plan para viabilizar la empresa. Los controladores habrían vuelto a rechazar la oferta, sin embargo, habrían aceptado el aporte de los Luksic, y luego habrían acudido a la banca solicitándoles que los US$ 3,5 millones restantes los pusieran ellos a través de una reducción de la deuda.

Las entidades financieras aceptaron la propuesta, sin embargo, según relata una fuente, una semana antes de la junta los Von Appen y los Angelini habrían cambiado de opinión, informando al grupo Luksic que si no aportaban los US$ 7 millones que les correspondía, ellos no lo harían con los US$ 28 millones restantes.

En ese escenario las partes llegaron a la junta de accionistas el pasado 26 de enero y aprobaron el aumento de capital cuyo periodo de suscripción vence el 7 de marzo, y en el que hasta el minuto no se ve que ninguna de las partes vaya a ceder en su posición.

De no concretarse el aumento de capital -dice un conocedor de la empresa-, lo más probable es que Sonamar tenga que acogerse a la ley de insolvencia. Si las partes logran llegar a acuerdo y se lleva a cabo el aumento de capital, los caminos son dos: iniciar una liquidación ordenada de bienes, pagarle a los acreedores y cerrar la compañía; o volver a construir un plan que viabilice la empresa.

Consultados las matrices de los grupos Angelini, Von Appen y Luksic, y la empresa Sonamar, ninguno quiso hacer comentarios.

Según se consigna en su página web, desde el 2012 al 2016 la carga transportada de Sonamar disminuyó un 66,3%. Mucho tiene que ver en las anteriores cifras que entre 2013 y 2014 desde la empresa vendieron dos barcos, quedando solo cuatro operativos.

La empresa recién en 2006 se desprendió de Sonacol, mismo año en que hizo entrada a la propiedad de la sociedad Ultranav. En ese momento la Empresa Nacional del Petróleo (Enap) también era parte de malla societaria de Sonamar, pero finalmente abandonó la firma en 2013.

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