Coordinador de Políticas Sociales de Clapes-UC: "El peor escenario serían propuestas económicas técnicamente fabulosas, pero sin viabilidad política"

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El economista Sergio Urzúa

El economista Sergio Urzúa advirtió que "las expectativas del país se sustentan en la creencia de que habrá posibilidad de acuerdos". Calificó el legado económico de Bachelet como "mediocre", y llamó al gobierno a delinear cambios en los primeros 100 días.


"Una luna de miel" es lo que tendrá el gobierno en sus primeros 100 días, según lo planteó el profesor de la U. de Maryland e investigador de Clapes-UC, Sergio Urzúa, refiriéndose al envión de expectativas positivas con el que comienza la segunda administración de Sebastián Piñera. "Pero eso no dura mucho", advirtió el economista, porque la población espera que se "eche a andar la máquina rápido".

A una semana de que Chile estrene un nuevo período presidencial. ¿Qué piensa sobre el desempeño del segundo gobierno de Bachelet?

Corrió cercos. Pero en el proceso no siempre nos acercó al desarrollo. Ha sido una administración incandescente y testaruda. Pareciera que la elección presidencial no hubiese ocurrido. En educación, por ejemplo, hay aún cambios a través de decretos, y entraría esta semana el proyecto de ley que reforma el Crédito con Aval del Estado (CAE). Además, está el anuncio de reforma constitucional... no está la última palabra dicha.

¿Y respecto al legado económico?

Del punto de vista económico, el legado de este gobierno es mediocre. No hay dos visiones, y más allá de lo que piense el ministro Eyzaguirre, en lo económico, un año más de este gobierno no hubiese generado mejores cifras. El cambio de expectativas reciente así lo demuestra.

Él dijo que podrían demostrar que la desaceleración no estuvo relacionada con las reformas estructurales.

Hace esa proyección sin reparar en el resultado de la elección, como si la economía operara en un universo paralelo. A esta altura, es innegable el magro desempeño económico de esta administración. Mira por ejemplo las cifras de creación de empleo. Hay datos objetivos de deterioro en materia de deuda pública, de déficit fiscal, de cero avance de productividad, en reducción de inversiones, y muy pocos avances en reforma del Estado.

Usted afirma que eso llevó a la derrota de la Nueva Mayoría.

Al final del día la gente demanda progreso económico y social. Si los efectos hubiesen sido tan positivos como se plantea, probablemente la gente hubiese votado de otra forma. Los inversionistas también votaron con los pies y Chile experimentó una histórica caída de la inversión. El endeudamiento aumentó desproporcionadamente y las agencias crediticias nos tiraron las orejas. Las cifras no son consistentes con el relato de un gran avance. En lo económico no está el legado de Bachelet.

¿Por qué, pese a lo que dicen muchos expertos locales, la Ocde defiende el manejo fiscal y las reformas?

Hay que saber leer a estas instituciones. El Banco Mundial y el FMI también en su momento fueron optimistas, pero han moderado su visión. Es necesario ser cuidadoso, no hay que mezclar la política de las instituciones multilaterales, la dinámica de las cifras y un apoyo irrestricto a una administración particular. Como sea, parece muy respetable la opinión de la Ocde, pero los inversionistas extranjeros aún no entienden qué pasó en Chile.

Gobierno y Ocde destacaron que hubo un ciclo bajista internacional, sobre todo por el lado del precio del cobre, que afectó a la economía.

Eso es cierto, pero el precio del petróleo también estuvo bajo. Al mirar los términos de intercambio, no es posible concluir que Chile haya estado en una posición internacional muy desfavorable durante los últimos cuatro años.No avanzamos en materia económica como se pudo haber hecho, y en algunos puntos lo hicimos muy mal, con mucha improvisación.

¿Qué políticas espera se apliquen en el gobierno de Sebastián Piñera?

En los siguientes cuatro años el país tiene un desafío crucial. Se debe pavimentar el camino al desarrollo. No bastan las buenas intenciones si no se acompañan de políticas públicas de calidad. Esa estrategia se agotó con la Nueva Mayoría. Sin buenas políticas, Chile caerá en la trampa del ingreso medio.

Al menos las expectativas son positivas en esa línea.

Sí, pero no hay que dejarse estar. Hay una luna de miel, porque las expectativas estaban muy bajas. Pero eso durará con suerte seis meses. Si en ese tiempo no se avanza el problema no habrá sido el manejo de La Nueva Mayoría, sino el de Chile Vamos. En las empresas pasa siempre. Si a los seis meses el nuevo gerente general no tiene resuelto el problema, no puede culpar al gerente anterior. El Presidente Piñera lo sabe.

Viendo los nombramientos, ¿Cree que el gabinete estará a la altura?

No los conozco a todos, pero me consta que muchos están conscientes de los desafíos y se han preparado para contribuir a que Chile transite hacia el desarrollo. Tienen experiencia. Se puede criticar la falta de renovación, pero no había espacio para improvisar. A partir del 12 de marzo deben sentarse en la oficina y echar a andar la máquina. Los lineamientos de los primeros 100 días van a determinar la conducción de los siguientes cuatro años.

¿Qué debería impulsarse esos primeros 100 días?

Hay expectativas de que Chile vuelva a tener un sistema tributario sencillo y competitivo. Esto requiere un trabajo quirúrgico dados los mínimos espacios para reducir la carga tributaria, parte del legado de la Nueva Mayoría. Ahí se produce la tensión. Se puede simplificar bastante con un nuevo sistema integrado, pero no se podrá bajar mucho, por ejemplo, la tasa impositiva corporativa. Diría que hay que acercarse al promedio de la Ocde (25%). Una señal en esa dirección podría alentar la inversión.

¿Con esto se podría recuperar el atractivo para los inversionistas extranjeros?

Eso y más. Hay que revisar la ley sobre inversión extranjera directa. La derogación del DL 600, el contrato que, entre otros, ofrecía invariabilidad tributaria, no vino de la mano de una legislación moderna de atracción de inversiones. Me parece que se requiere una evaluación importante de lo que se hizo. El DL 600 pudo haber sido mejorado, sin duda, pero haber pensado que hiciésemos lo que fuera los inversionistas seguirían confiando en Chile, simplemente se probó equivocado. La competencia es mundial, Argentina se mueve rápido, Estados Unidos con su baja de impuestos. Chile no está aislado.

Muchos informes de analistas internacionales reiteran que el gran problema para el gobierno será pasar la barrera del Congreso. ¿Coincide en este punto?

Eso es un hecho, ese es el gran desafío. Desde las restricciones políticas, nace el diagnóstico que lleva a la conformación de un gabinete con experiencia, listo para sentarse a negociar. Será interesante ver cómo opera. El peor escenario para el país es que el gobierno presente propuestas económicas técnicamente fabulosas, pero sin ninguna viabilidad política. Las expectativas del país se sustentan en la creencia de que habrá posibilidad de acuerdos. El Presidente Piñera no la tendrá fácil, es un hecho, y el que se haya rodeado de personas que ya trabajaron con él sugiere que sabe que no se puede improvisar.

Ajuste fiscal

La posibilidad de una baja del impuesto corporativo, ¿va de la mano con un recorte del gasto fiscal?

Se requiere una reforma al Estado urgente. El Estado ha ganado mucho peso y tiene que "mejorar su condición física". Tiene que ser más ágil y eficiente. Es necesario evaluar el desempeño de sus ministerios.

En el Ministerio de Desarrollo Social, ¿cómo ve el nombramiento de Alfredo Moreno, ex líder de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC)?

Es una apuesta interesante. Mi sugerencia para el nuevo ministro es que se acerque desde el día uno a la realidad de su cartera, que visite barrios vulnerables, para ver el efecto concreto de las políticas sociales. La gente está más informada de los programas de lo que se cree, y cuando las cosas funcionan bien se nota. Al mismo tiempo, lo que funciona mal tiene efectos nefastos sobre los incentivos, la gente juega con ellos y los manipula. Si Moreno hace ese trabajo podrá identificar rápidamente qué se tiene que hacer, dado su expertise y ventajas comparativas.

¿Cree que aumentó la pobreza estos últimos años?

No tenemos cifras oficiales para los últimos años. Eso lo veremos pronto con Casen 2017, pero existen datos que sugieren que probablemente la pobreza no se redujo a las tasas que venía haciéndolo.

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