177 países acuerdan regular comercio de tres tiburones, incluida especie que habita en Chile

Cites incorporó al sardinero, pese a que Chile votó en contra. Gobierno alude falta de estudios que prueben su vulnerabilidad.




En julio de 2012, el gobierno chino decidió eliminar de sus banquetes oficiales la sopa de aleta de tiburón, un plato que muchos jefes de Estado degustaron en sus visitas a Beijing.

Aunque la razón oficial fue disminuir el costo económico de estas recepciones, fue también una manera de descomprimir la presión internacional sobre China por el aleteo de tiburones, una práctica que implica cercenar su aleta y arrojar el pez al mar, donde muere al no poder moverse.

Por eso, la 16ª Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestre (Cites), que se está desarrollando en Bangkok, Tailandia, centró su reunión en los tiburones.

Y ayer, los representantes de los 177 países adscritos a Cites acordaron incluir tres especies de tiburones y las mantarrayas en el apéndice II de la convención, ítem que regula su comercio, incluido el tiburón sardinero, el único de los cuatro que habita en las costas de país.

Sin embargo, pese a ello, Chile, junto a Uruguay, fueron los dos únicos países del continente en rechazar su inclusión.

La Tercera no pudo conocer la posición oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores para saber las razones de la negativa, pero en un artículo del lunes 4 de marzo, Julio Lamilla, académico de la U. Austral e integrante de la delegación chilena, dijo que "tanto el sardinero como la mantarraya no cumplen con los criterios Cites para su inclusión, por falta de estudios", que acrediten que la especie está en algún nivel de vulnerabilidad.

El senador Francisco Chahuán (RN), quien ha estado desde un comienzo a favor de la integración de los tiburones y mantarrayas al apéndice II, lamentó el voto chileno. Según el parlamentario, se trata de un retroceso en las políticas de protección que Chile venía realizando. "Su integración no influye en la explotación interna del país, sino que regulariza su comercio internacional, limitando la pesca ilegal que sufren", aclaró.

El apéndice II dice que ahora, para poder exportar e importar estos animales se necesitará un extenso papeleo que certifique el lugar de procedencia y permisos de exportación de la especie, medidas que impiden el comercio ilegal y, particularmente el aleteo.

Segunda vez

No es la primera vez que estos tiburones intentan ser protegidos. Ya en 2010, en la 15ª Convención de Cites, se intentó regularizar este mercado, pero sin éxito.

Por eso, Maximiliano Bello, representante de Pew Environment Group para el Programa de Conservación de Tiburones en Latinoamérica, es un hecho histórico. "Es un paso gigante para la conservación de los tiburones y la mantarraya, cuya población va en camino a la extinción", asegura.

Sin embargo, la medida aún requiere ser ratificada por el plenario de Cites (vuelven a votar los 177 países, pero ahora, los máximos representantes), que se reúne el jueves. Por ello, algunas ONG han sido cautas, pues en la primera votación se requerían 2/3 de los votos, lo que se logró con un margen muy estrecho (la votación es secreta). Los activistas temen el cambio de posición de algunas naciones, como ocurrió en 2010, especialmente por el lobby chino y japonés, principales mercados de las aletas de tiburones, que han sido apoyados por Tailandia y Rusia. Según sus representantes, es complejo regular este mercado por la dificultad de identificar la especie por la aleta, asegurando además, que la actual regulación que existe en cada país, es suficiente.

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