Aeropuerto Arturo Merino Benítez lleva un 10% de avance en obras

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Han pasado 50 años desde su inauguración y la terminal aérea vive una de sus transformaciones más importantes, que le permitirá recibir 30 millones de pasajeros el 2020.




Comenzó sólo con una pista, una terminal y una capacidad de transportar a seis millones de pasajeros al año, pero tras cinco décadas de historia, el Aeropuerto Arturo Merino Benítez se ha posicionado como una de las terminales aéreas más modernas de la región. Con 24 aerolíneas que operan en 18 destinos nacionales y 37 internacionales, solamente el año pasado transitaron por ahí casi 20 millones de pasajeros.

En febrero, el aeropuerto cumplió 50 años y actualmente vive una de las transformaciones más importantes que ha tenido, la que lo proyecta a recibir hasta 30 millones de pasajeros al 2020 y a reposicionarse como la terminal aérea más importante de Sudamérica. Como parte de las obras se considera construir una nueva estructura que operará como terminal internacional, dejando el actual sólo para vuelos nacionales. Pero, además, se pasará de 18 a casi 70 puertos de embarque y se duplicarán los estacionamientos.

Según informó la Concesionaria Nuevo Pudahuel, las obras ya muestran un progreso. "Por contrato, el 10% de avances debería cumplirse en noviembre, pero ya estamos en esa cifra. Esto quiere decir que a finales de 2018 se inaugurarán los dos espigones C y E. Estructuras que albergarán 22 nuevas mangas de embarque, que se sumarán a las 18 existentes. Y tan pronto como a finales de 2020 serán 67", señalaron desde la empresa.

Desde la Coordinación de Concesiones del Ministerio de Obras Públicas (MOP) destacaron que "es una grata coincidencia que al cumplirse medio siglo del aeropuerto se ha dado inicio a las obras de construcción de la nueva terminal internacional, en el marco de un proyecto que también incluye la ampliación de la terminal existente, además de una serie de nueva infraestructura en beneficio de los usuarios".

50 años de historia

La construcción del Aeropuerto de Pudahuel comenzó en 1961, bajo el gobierno de Jorge Alessandri, con una inversión de US$ 3 mil millones. Después de seis años de obras, finalmente el 9 de febrero de 1967 fue inaugurada la nueva terminal aérea, reemplazando al Aeropuerto Los Cerrillos, el que no estaba dando abasto para la cantidad de pasajeros ni era apto para los aviones que se estaban desarrollando en el mundo. Cuando se inauguró, sus instalaciones eran consideradas muy modernas para la época, con una pista de 3.200 metros de largo por 45 metros de ancho, que permitiría que llegaran a Chile naves de mayor envergadura.

La idea de cambiarle el nombre a Arturo Merino Benítez surgió en el gobierno de Salvador Allende, pero se concretó en la década de los 80, durante el régimen militar. El recinto se llama así por el primer comandante en jefe de la Fuerza Aérea, que además fue fundador del Club Aéreo de Chile y creador de la Línea Aero-Postal, que posteriormente se transformaría en la Línea Aérea Nacional (Lan), actualmente Latam. En 2014 se impulsó un proyecto de ley para cambiarle el nombre a Aeropuerto Pablo Neruda. Pero tras revelarse que costaría $ 522 millones, quedó detenido en el Congreso.

Antes de la actual ampliación, la terminal aérea ya había tenido una importante transformación en los años 90. En esa época comenzó a quedar atrás en comparación a los aeropuertos del resto del mundo, por lo que se construyó una moderna terminal internacional, que fue inaugurada el 14 de febrero de 1994.

Hasta el año 2015, la empresa a cargo del aeropuerto fue SCL Terminal Aéreo de Santiago. Actualmente, está a cargo la empresa Nuevo Pudahuel, que tendrá la concesión hasta 2035. Sin embargo, al ser una terminal aérea pública, su administración está a cargo de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC).

Desde la concesionaria destacaron que como parte de la transformación se busca dotar de mayor tecnología y rapidez al recinto, incluyendo Wi-Fi sin restricciones para los usuarios e incluyendo 66 nuevos puestos de control de inmigración, duplicando la capacidad actual. Además, se busca potenciar el arribo de nuevas aerolíneas y el modelo low cost, teniendo el potencial de llegar a los 45 millones de pasajeros al año.

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