Antonio Ledezma: "El diálogo lo que ha traído como consecuencia es atornillar a la dictadura"

Antonio Ledezma

El líder opositor venezolano, de 62 años, que fue encarcelado en febrero de 2015, huyó la semana pasada de Caracas con el temor de que le fueran a revocar su arresto domiciliario. Ahora, desde el exilio en España, dice en esta entrevista con La Tercera, que redoblará los esfuerzos de la oposición para enfrentar al gobierno de Nicolás Maduro.




Después de casi tres años de silencio, Antonio Ledezma, vive días particularmente agitados. El ex alcalde metropolitano de Caracas se había mantenido alejado del ojo público hasta el viernes pasado, día en el que dejó de ser uno de los más de 300 presos políticos en Venezuela y escapó de su encierro. Ledezma, de 62 años y una de las figuras más icónicas de la oposición al chavismo, fue acusado en febrero de 2015 de conspirar contra el gobierno de Nicolás Maduro. Meses después le fue concedida la medida de "casa por cárcel", con la condición de no emitir una sola palabra sobre la delicada situación en la que se encuentra el país. Pero el viernes pasado y con la ayuda de militares desencantados con el chavismo, Ledezma logró huir de Caracas a Bogotá y luego de la capital colombiana a Madrid, donde se reencontró con su familia.

Ahora, el dirigente político se encuentra en medio de una frenética agenda para denunciar frente al mundo la profunda crisis política, social y económica en la que se encuentra Venezuela y hacerle frente, desde el exilio, al Ejecutivo de Maduro. El dirigente, que ayer participó del Consejo Nacional de la Internacional Socialista en Barcelona, hizo un breve espacio en su agenda para conversar vía telefónica con La Tercera.

¿Cree que la persecución a dirigentes políticos de oposición empeore en los próximos meses?

La situación se ha agravado y se intensifica. Ya no es sólo la persecución del régimen contra quienes disentimos desde la acera de la oposición, sino que también es una lucha intestina entre los actores del propio gobierno que se están canibalizando, porque ellos están protagonizando la batalla de las culpas, para ver quiénes son los responsables de lo que se han robado o quién ha robado más, traficado más o estafado más.

Hay varios líderes en una situación complicada, como el vicepresidente de la Asamblea Nacional, Freddy Guevara, refugiado en la residencia del embajador de Chile en Caracas. ¿Cuál es el futuro para esos dirigentes políticos? ¿Deben resistir en el país o armar un frente en el exilio?

Las dos cosas no están reñidas. Hemos tenido esa experiencia. Rómulo Betancourt estuvo viviendo en Chile y desde el exilio con otros venezolanos que también fueron acogidos por la tierra chilena, forjaron la movilización popular del 23 de enero de 1958, que terminó derrocando a la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. En esta nueva coyuntura se puede hacer un binomio entre los venezolanos que están resistiendo en territorio nacional y quienes nos hemos visto forzados a buscar estos vericuetos del exilio por las razones que ya se conocen. Nosotros dimos la pelea en Venezuela, hemos dado la lucha en el territorio nacional. Más testimonio de determinación no podemos dar. A mí me tuvieron secuestrado más de 1.000 días hasta que tomé la decisión de liberarme de ese secuestro porque creo que soy más útil en el exterior, recorriendo el mundo, que encerrado entre cuatro paredes.

¿Cuál será su estrategia desde el exilio?

El epicentro va a ser España, para recorrer Europa, para recorrer Norteamérica, Centroamérica, América Latina, donde podamos ir. Donde se nos abra una puerta, esa puerta la vamos a atravesar para llevar la voz de Venezuela, para contribuir, organizar y consolidar la lucha de todos los exiliados unidos con la fuerza que resiste dentro del país. Es la poderosa diáspora venezolana, que no sólo se limita a hacer quejas o a ser espectadores de lo que está pasando dentro de territorio nacional, sino que es una diáspora que va a organizarse con ideas, con acciones. Desde luego contando con la buena voluntad de los gobiernos, de los pueblos que en el exterior nos están recibiendo.

Usted se ha mostrado contrario al diálogo que ahora tendrá lugar en Santo Domingo entre la oposición y el oficialismo. Si no se puede producir un diálogo con el gobierno, ¿qué camino se debe tomar?

Ya ese diálogo es un diálogo fallido. Ese diálogo lo que ha traído como consecuencia es atornillar a la dictadura. Por eso nosotros más bien hablamos de negociación para finiquitar la salida de Maduro, para que se produzca un gobierno de transición y que se organicen elecciones absolutamente libres. No elecciones con un Consejo Nacional Electoral (CNE) maquillado, sino que una elección con observación internacional y que dé plenas garantías de que vamos a tener un proceso absolutamente limpio.

¿Esas elecciones limpias sólo podrán realizarse con Maduro fuera del poder?

Creo que quienes están en el poder en Venezuela, están (involucrados) en hechos que dan pie para que se produzca su salida. En el marco de la Constitución se puede organizar un gobierno de unidad nacional como lo planteó el pueblo cuando respondió a la pregunta del plebiscito celebrado el 16 de julio de este año. Porque estamos hablando de una narco dictadura. Estamos hablando de un gobierno coludido con el narcotráfico, con el terrorismo e involucrado en escandalosos hechos de corrupción.

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