Caso "Cisarro" obliga al Sename a replantear programas y seguridad

El menor  fue derivado al mismo centro del cual escapó, esta vez con vigilancia policial.




Estuvo nueve horas inubicable, lapso en el cual hurtó con su pandilla en los centros comerciales de Estación Central, se paseó por las afueras del Estadio Nacional y finalmente, fue hallado a la una de la madrugada junto a cuatro amigas de su misma edad en las calles de Peñalolén. Después de su recaptura, el "Cisarro" pasó ayer casi todo el día durmiendo.

Mientras el niño de 10 años descansaba en el mismo centro del Sename de Pudahuel desde donde había huido el sábado -sólo que esta vez custodiado por Carabineros-, parlamentarios, alcaldes y candidatos criticaban la capacidad del servicio para atender casos como el suyo: de menores inimputables que rechazan ayuda, huyen de los centros y vuelven a delinquir.

El director nacional del Sename, Eugenio San Martín, rechazó hablar de "fracaso", pero señala que, "en este caso, evidentemente hay una necesidad de mejorar o de construir mejores respuestas".

También, anunció cambios: dijo que cuentan con 62 programas especializados, que abarcan infractores e inimputables, pero que estudiarán mejorar los existentes y crear otros específicos para ese perfil. "Tenemos programas para inimputables (...) que son de intervención especializada, y claramente podemos trabajar para mejorarlos y ver si es necesaria nueva oferta. Pero el inconveniente, y es real, es que los recursos son limitados", en referencia a los $ 70 mil millones anuales con que cuentan para esa tarea.

Sobre la seguridad de los recintos, dijo que "no es el ideal que haya un cerco policial" como en Pudahuel y que propondrán hoy una nueva alternativa al tribunal, pero enfatizó que "no son centros privativos de libertad (...) y no hay mecanismo legal para obligarlos a permanecer allí".

LAS NUEVE HORAS
Las nueve horas que derivaron en la polémica comenzaron en la tarde del sábado en Pudahuel, con un menor de 13 años enseñando un arma corta al portero del centro del Sename. El menor D.A.M., conocido como el "Loquín", había salido de ese mismo lugar el viernes, horas después de que llegara el "Cisarro", derivado por la jueza Vivianne Suárez, del Cuarto Juzgado de Familia, por conducir un auto robado.

Según fuentes policiales, ambos pudieron planear entonces la salida. Añaden que antes de dejar el recinto, "Loquín" dijo a los monitores: "Voy a volver".

Y volvió. Tras sacar del Sename a su amigo y subir a un taxi, al parecer robado, partieron al sector de Estación Central y recorrieron los centros comerciales. Pasadas las 17.00 entraron a una tienda de deportes, donde la dependienta recuerda a dos adolescentes con rostros infantiles y vestimentas holgadas. Uno de ellos compró un bolso de $ 4.000 y empezó a pedir artículos de la vitrina.
Cuenta que en un momento se descuidó y al volver, vio al otro agazapado cerca del mesón. Este, al verse sorprendido, le dijo: "Tía, me estoy escondiendo". Era el "Loquín".

Dice que se sintió mal por desconfiar de un niño, pero que entonces vio cómo se le cayeron $ 72 mil que había sacado de la caja. Entonces apretó el botón de seguridad y lo detuvieron.

Sin el "Loquín", el "Cisarro" y sus amigos siguieron hacia el Estadio Nacional, donde jugaba Universidad de Chile. Según datos del OS-9 de Carabineros, el niño no habría entrado al recinto. Luego se dirigió a Peñalolén, pero antes habría abandonado el taxi. Una vez en su barrio, el "Cisarro" compra cerveza y cigarrillos, se separa de sus amigos y camina por las calles, hasta ser ubicado en la esquina de Los Lagos con Los Presidentes. Según el comandante Mauricio Valdivia, del OS-9, el "Cisarro" cayó porque anduvo por lugares previsibles. Después de todo, dijo, "es un niño".

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