¿Chao jefe?: 1,75 millón de chilenos trabaja por cuenta propia

EMPLEO

Obligados por el desempleo y algunos seducidos por la libertad horaria, quienes trabajan de manera autónoma ya son el 21% del mercado laboral chileno, lo más alto desde 2010. Manejan Uber, venden por catálogo o en las aceras. Son hombres y mujeres de diversas edades, pocos tienen previsión y menos aún, ingresos fijos.




En octubre de 2016 Hernán Cruz (31) perdió su trabajo. Luego de buscar empleo por meses, decidió tomar su auto e inscribirse como conductor de Uber. Hoy trabaja menos horas que antes y su ingreso es el mismo. "La gran ventaja es que te conviertes en tu propio jefe, sin restricciones de horario, puedes administrar tu sueldo y tener tiempo para la familia o lo que quieras hacer", dice. Similar es la situación de Evelyn Ogaz, vendedora de Avon: "La venta directa es una excelente herramienta de emprendimiento, donde no aplican filtros como edad, género o profesión, sino sólo las ganas de trabajar y salir adelante", sostiene.

Ambos son trabajadores por cuenta propia, ese contingente de hombres y mujeres que sin quererlo ni mucho menos buscarlo han evitado que la tasa nacional de desempleo se dispare como reflejo de la desaceleración económica. Sin empleador ni empleados a su cargo, trabajan una o varias horas al día e incluso por algunas jornadas. Son sus propios jefes, aunque casi ninguno tiene previsión e ingresos 100% fijos.

Las estadísticas, en todo caso, también incluyen a emprendedores como la profesora Catalina Rojas, quien renunció al colegio en el que trabajaba para abrir una pastelería.

Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), a diciembre de 2016 había 1.758.230 de personas calificadas como trabajadores por cuenta propia, universo equivalente al 21,4% del mercado laboral chileno activo, la cifra más alta desde 2010. Del total, un millón son hombres.

Desde que en 2014 la economía chilena comenzó a reducir su ritmo de crecimiento con datos cada vez menos promisorios, en vez de dispararse el desempleo incluso ha bajado en algunos períodos, apoyado por la fortaleza de los trabajadores autónomos. En el trimestre móvil agosto-octubre de 2016 llegaron a representar 1,8 millón de personas, según los datos oficiales. Para distintos expertos, son esos trabajadores los que sostienen el empleo.

* Comercio y servicios

Basta darse una vuelta por la ciudad para comprobar cómo ha aumentado el número de vendedores callejeros. En las estaciones del Metro, a la salida de los malls o por las avenidas más concurridas, mantas repletas de productos para celulares, pañuelos o carritos de comida ya son parte habitual del paisaje.

Los mismos datos del INE muestran que entre el trimestre móvil febrero-abril de 2014 y octubre-diciembre de 2016 se crearon 135.121 empleos por cuenta propia. Estos equivalen al 46% de todas las nuevas ocupaciones generadas en Chile durante ese período. La mayoría en comercio o servicios administrativos y de apoyo, categorías estrechamente vinculadas con los trabajos por cuenta propia, aclara Kirsten Sehnbruch, economista del Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Diego Portales (UDP).

En los últimos años muchas personas se han visto obligadas a cambiar su actividad para adaptarse a la economía y a los nuevos hábitos de consumo derivados de esas transformaciones. A veces, el cambio ha sido tan radical que algunos autónomos han debido dedicarse a sectores completamente diferentes o desarrollar actividades complementarias que han devenido en principales. Vender en la calle o en el transporte público, ser chofer o negociar a través de las redes sociales está más vivo que nunca.

* Ventas por catálogo

Las 24 horas del día se antojan insuficientes para la consejera de Avon Evelyn Ogaz. Empezó a hacerlo cuando se quedó sin empleo y nunca más lo dejó, porque las ventas incluso han ido por arriba de sus expectativas. "Mi más próxima meta es comprarme un auto para aumentar mi independencia y poder entregar mis productos con mayor facilidad y sin depender de la ayuda de mi marido. Así podré seguir sumando clientes para aumentar mis ganancias", comenta.

En principio, la venta por catálogo sería una fuente adicional de ingresos para la familia, pero ahora es la principal y no piensa reincorporarse al sector asalariado. "Mi primer cliente fue mi hermana Jessica. La mayoría de mis clientes son amigos y familiares, gente que he ido conociendo por recomendación, algunos desconocidos que al ver el cartel de Avon o ver mi negocio pasan a comprar", relata Ogaz.

De acuerdo a la Cámara de la Industria Cosmética, en Chile las vendedoras por catálogo o cuenta propia superan ya las 220 mil personas.

"Desde que Avon llegó a Chile, el crecimiento de la red de vendedoras independientes ha sido siempre en alza. Los focus groups realizados demuestran que las consejeras eligen esta modalidad de ingreso extra, porque les permite generar su propia ganancia, manejando sus horarios y tiempos (le dedican un tiempo promedio de cinco horas diarias a la venta de productos), al mismo tiempo que desarrollan su vida profesional y familiar", destaca Sebastián Abad, gerente general de la multinacional en el país.

En Natura, otra empresa de venta por catálogo y con más de 35 años en Chile, su gerente comercial, Augusto Hermo, sostiene que el rubro ha crecido por la necesidad de emprender de las mujeres.

* No volver a emplearse

Tras iniciar sus operaciones en 2014, la aplicación de viajes compartidos Uber ya tiene 46.000 conductores en Chile. "Comencé al quedar sin trabajo y luego de buscar y buscar me percaté que no sólo hay pocas ofertas laborales, sino que, además, son mal remuneradas", recuerda Cruz. Piensa seguir "como conductor, ya que me encuentro ganando el mismo sueldo que en una oficina".

El suyo es un relato común entre quienes trabajan para esta aplicación. Sólo en la Región Metropolitana existen 35.000 conductores de Uber y los otros 11.000 se reparten por las ciudades donde opera la compañía. En la capital, según las estadísticas del INE, existen 710.410 trabajadores por cuenta propia, que equivalen al 40% del total nacional.

"La combinación de flexibilidad y tecnología de fácil acceso crea oportunidades para el tipo de persona que tiene más problemas para encontrar un lugar en el mercado laboral tradicional y esa es una ventaja constante, porque es la forma en que Uber opera en otros países", subraya Carlos Schaaf, gerente general de la compañía en Chile.

Según el perfil de sus "socios conductores", como los llaman, el 18% estaba desempleado antes de empezar a manejar con la aplicación, pero entre viaje y viaje ya el 92% de los conductores declara que prefiere mantenerse como trabajador independiente que empleado.

En cuanto a las edades, el 47% tiene entre 25 y 35 años, pero el 7% tiene 51 años o más. Y, en eso, la estadística de los cuentapropistas del INE muestra que precisamente en el rango de 50 a 59 años es donde se encuentra el mayor porcentaje de trabajadores autónomos (26%).

Hay más: el 65% de los conductores utilizan la aplicación menos de 10 horas por semana, "lo que nos demuestra que la utilizan mientras está en búsqueda de un empleo más permanente o como alternativa complementaria de ingreso", complementa Schaaf.

* Sin previsión ni impuestos

"Abrir un negocio no es gratis. Hice una inversión importante para el local y compro los pasteles a una fábrica para revenderlos", explica Catalina Rojas. La mayor parte de esos gastos los ha cubierto con sus ahorros y aún así el costo es sensiblemente inferior al que supondría invertir en maquinarias. "Puedo vivir de esto", asegura.

Pero prosperar y ser rentable en tiempos de autoempleo tiene también sus bemoles. Quienes trabajan por cuenta propia no suelen destinar parte de su ingreso a previsión y varios no pagan impuestos. Por ello, existe entre los analistas la percepción de que tras el cuentapropismo se esconde subempleo.

Jaime Ruiz-Tagle, director del Centro de Microdatos de la Universidad de Chile, advierte que "cualquier persona en este tipo de trabajos no tendrá cotización, además de seguros y otros beneficios". Opinión que comparte el economista de LyD, Francisco Klapp, quien agrega que otro aspecto es la baja remuneración que obtienen y las pocas horas de trabajo. "Estaríamos hablando de que un quinto de esas personas trabaja menos de 15 horas y no las 40 horas que nos parecen razonables. Además, varios se hacen en la vía pública", indica.

¿Por qué, entonces, se opta por este tipo de trabajos? Juan Bravo, investigador de Clapes UC, plantea que la mayoría son subempleos, lo que el INE no ha reflejado: "Si alguien pierde el trabajo y se sube a la micro a vender para mantener a su familia, ya es un trabajador cuenta propia para la encuesta", aclara.

Si se revisan las horas trabajadas, el 46% de los cuentapropistas declara laborar entre una y 30 horas semanales y casi el 40% lo hace desde su casa. Y si se mira por años de estudio, dos tercios del total de este segmento está compuesto por personas con menos de 12 años de educación formal. Además, el 60% de los trabajadores de menores ingresos son por "cuenta propia".

Por eso, Sehnbruch advierte que este ajuste tiene mucho que ver con problemas estructurales de la economía. "Así como crecen los trabajadores por cuenta propia lo hacen también quienes consiguen un contrato a plazo fijo, muchas veces inestables y de bajos ingresos", señala.

Precisa que quienes trabajan por cuenta propia difícilmente vuelven a fichar como empleados, seducidos por la libertad de haber sido sus propios jefes y sin la obligación de cotizar para salud o AFP. "En particular las mujeres, que además tienen que combinar las tareas del hogar y niños", enfatiza.

Para una economía como la chilena, ¿es razonable este porcentaje de cuentapropistas? "Más que discutir si el porcentaje total es razonable o no, lo que pasa es que lo que hemos visto este año es poco común. No es normal que todo el empleo que se ha creado en el año sea cuenta propia. Eso se debe a que la gente que está buscando empleo asalariado no lo encuentra y no tiene otra posibilidad, y eso se debe a la desaceleración en la que estamos", advierte el director alterno de Clapes UC, Rodrigo Cerda.

La gran duda, agrega, es si esas ocupaciones seguirán actuando como colchón del desempleo. "Lo más probable es que se sigan creando esos empleos, pero no a la velocidad vista hasta ahora, porque han sido demasiados. Entonces, eso significa que seguramente vamos a ver una mixtura de poca creación de empleo asalariado, algo de creación a cuenta propia y un poquito más de desempleo", anticipa.

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