China y sus nuevos líderes
La nueva cúpula del poder deberá resolver desafíos como asegurar niveles de crecimiento económico que logren controlar el descontento social y enfrentar el envejecimiento de la población, entre otros. <BR>
HA CONCLUIDO el XVIII Congreso del Partido Comunista chino, y con ello comienza a configurarse una etapa de desafíos mayores para ese país, de la mano de los nuevos líderes que desde ahora formarán parte de la cúpula política del gigante asiático, tema que debiera ser seguido desde Chile y el mundo en forma tan relevante como el desafío que enfrenta el reelecto Presidente Obama de cara al "abismo fiscal".
China es la segunda potencia mundial, nuestro primer socio comercial, y es muy poco lo que conocemos de sus procesos internos y de sus herméticos líderes que determinarán la evolución del país y del mundo durante los próximos años. Xi Jinping -actual vicepresidente- acaba de ser proclamado el nuevo secretario general del partido y se espera que asuma como el próximo Presidente de China desde marzo del 2013, acompañado por Li Keqiang como primer ministro. Ambos son las caras más visibles de una quinta generación de dirigentes que deberá velar por lograr un equilibrio entre estabilidad sociopolítica y crecimiento económico en el país más poblado del mundo, controlado por un partido único y que enfrenta crecientes desafíos.
En el último tiempo, las autoridades chinas han sido protagonistas de un complejo panorama político. La caída escandalosa del popular Bo Xilai -antes considerado como posible integrante del nuevo comité permanente del politburó- dejó en evidencia las pugnas existentes en las altas esferas del partido, que incluyeron rumores de intentos de motín por parte de militares seguidores de Bo y del regreso al maoísmo ortodoxo.
Por ello, la necesidad de combatir la corrupción imperante en el partido fue uno de los principales llamados realizados por Hu Jintao a la nueva dirigencia, que se suma a los realizados por el premier Wen Jia Bao sobre promover reformas para enfrentar la desigualdad.
La nueva cúpula del poder deberá resolver estos y otros desafíos, como asegurar niveles de crecimiento económico que logren controlar el descontento social, las presiones laborales, medioambientales y enfrentar el envejecimiento de la población (para el 2050 una cuarta parte de la población china tendrá más de 65 años). De hecho, durante el congreso se ha establecido como uno de los objetivos centrales duplicar el ingreso per cápita de los chinos al 2020. Es primera vez que el indicador económico es incluido en la política económica del país, y da luces de lo que serán los énfasis y vías utilizados a futuro.
Esta noticia representa implicancias importantes para Chile, ya que las políticas a implementar para cumplir dicho objetivo serán un motor adicional para potenciar nuestro vínculo comercial con el mayor importador de bienes chilenos.
En un escenario en el que continúa la incertidumbre sobre la crisis de la deuda en Europa, Estados Unidos todavía enfrenta desafíos para estabilizar su proceso de recuperación, y Japón muestra señales de haber entrado en recesión, China se mantiene como el principal motor del mundo, con quienes debemos profundizar los lazos para ir elaborando propuestas de lo que será nuestra futura relación con el gigante asiático y sus nuevos líderes, en el que se aprovechen las oportunidades, más allá del cobre.
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