Histórico

El deber de votar

<div>La libertad de expresión no justifica todos los medios, y en particular no justifica la infracción de deberes cívicos.</div><div><br></div>

A RATOS parecía que todos estábamos de acuerdo con que el voto fuera voluntario. Mal que mal, así lo dice la Constitución tras una reforma del 2009. Pero el consenso era aparente. Se han alzado voces críticas. Un argumento común es que los sectores más vulnerables votarían menos, lo que causaría su descuido por parte del poder político hacia esos ciudadanos a los que no les debe su apoyo. Pero, ¿no es derecho de cada uno decidir si vota o no? ¿No tienen los derechos preeminencia sobre estas consideraciones de política pública? En realidad el voto debe ser obligatorio. La razón es simple. Si elegimos vivir en democracia, es porque creemos que ésta es mejor que otras formas de gobierno. En particular, tiene la ventaja de aumentar la legitimidad de los gobernantes frente a los gobernados, al ser estos últimos quienes tienen la decisión final sobre quién resulta elegido. Además, la democracia obliga a tomar en cuenta los intereses de los ciudadanos, lo que hace más probable un gobierno que se preocupará del bien de todos y no sólo de los gobernantes, favoreciendo el control del poder estatal por parte de los ciudadanos.

El punto es que estas y otras ventajas dependen de que los ciudadanos voten. La democracia depende del voto, así como el gasto público de la tributación. Si queremos vivir en una democracia, es lícito establecer una carga proporcionada e igualitaria entre los ciudadanos para mantenerla en buen estado. Se podría objetar que votar es un derecho, no una obligación. Pero, como recordara W.N. Hohfeld, un derecho puede ser también un deber. Un padre tiene el derecho de educar a su hijo y también el deber de ejercer ese derecho. No es lógicamente incompatible el derecho a voto con el deber de ejercerlo.

¿Y no deberíamos preservar el derecho de una persona de expresar su desafección con el "sistema" mediante la no participación en las elecciones? Esta objeción está abierta a múltiples reparos. Nadie puede creer que todos los que no participarán de una elección lo harán para defender algún principio. En su mayoría será por apatía o simple falta de interés. No veo qué hay en esta actitud que merezca su protección como un derecho.

¿Y qué pasa con los que genuinamente desean expresar su desafección del sistema? Sería la más inútil de las formas de expresar esa idea, pues su acto de protesta se confundiría con la abstención de los apáticos. Además, se puede expresar la desafección al sistema mediante el uso normal de la libertad de expresión. Pero el punto más importante es que la libertad de expresión no justifica todos los medios, y en particular no justifica la infracción de deberes cívicos. Yo no puedo manifestar mi desacuerdo con el sistema tributario negándome a pagar mis impuestos. Tampoco debiera poder hacerlo respecto del voto. Se dirá que esto ya está zanjado, pues la Constitución ya consagra el voto voluntario. Pero lo que entró en la Constitución puede salir de ahí. Vale la pena tener una conversación seria sobre nuestros deberes cívicos. ¿No debería un gobierno de derecha promover una discusión de este tipo?

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